El Stalker
Fecha: 25/07/2021,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Victoria, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... importaba si sentía algo por ese chico o no, lo único que quería es que se tocara más.
Estuvo largo rato mimando sus pezones, hasta que bajó su mano, directo hacia su vientre, iba bajando lentamente. La dirigió hacia debajo de sus pantalones, y comenzó a acariciar su pene, con una delicadeza que jamás vería nisiquiera en una mujer. Su cara reflejaba placer y gusto, notaba como su pecho comenzaba a moverse más a causa de sus palpitaciones.
No mucho después se bajó sus pantalones y calzoncillos, con movimientos algo torpes, quedando completamente desnudo exceptuando su camisa.
Se volvió a sentar, y tan pronto como su carnoso y tierno culo tocó el sofa, estaba jalando su rosado y no tan grande pene. De arriba hacia abajo, con palpitaciones más rápidas. Una cosa llevó a la otra y tan pronto como pude darme cuenta, mi pene estaba tan duro como piedra y rígido cual regla escolar.
Y ahí estaba la escena sexual más extraña y erótica que alguna vez pude imaginar. Un muchacho simplemente hermoso y maricon masturbándose en su propia casa con un mesero desconocido observando y masturbándose tambien.
Cuando pensé que aquello terminaría terminaría se arrodilló en el sofá, y comenzó a acariciar más suavemente todavia su pequeño ano. Note como ahora respiraba mucho más fuerte, dejando salir un pequeño gemido, que se repetía en un intervalo de 10 segundos aproximadamente, mientras chupaba los dedos de su otra mano con placer. Estábamos completamente excitados y calientes, aquello ...
... era sumamente sensual. Sentía un gran morbo saber que el no me podía ver.
Pronto lo mejor llegó. Su ano aún pequeño, se logró dilatar un poco, haciendo que el chico metiera sus dedos, posteriormente mojados en su ano. Comenzó a gemir más fuerte todavia, dando incluso un leve grito, como si le doliese. Finalmente entró por completo. Era demasiado caliente todo aquello, su pecho parecía que iba a estallar, su débil y vulnerable cuerpo temblaba como gelatina, demostrando aún más su debilidad con cada gemido que daba, los cuales habían incrementado su volumen y duración, siendo cada vez más y más fuertes. Un dedo llevo a otro, volviendo a dar un ligero grito de dolor, pero al mismo tiempo de placer. Su cuerpo temblaba aún más, y sacudía sus caderas en dirección hacia sus dedos. No podía imaginarme otra cosa que el montado arriba mío...simplemente delicioso!
Dio un último galopeo antes de correrse por completo, y terminar desplomado en el sofá, con notorio cansancio, dando sus últimos gemidos, los cuales parecían que pronto acabarían.
Cuando mi pene no daba más, logró soltar un gran chorro de semen, luego otro le siguió, parecía manguera. Estaba tan concentrado que que no me di cuenta que también solté un gemido de placer. Me cubrí la boca rapido, rezando por que no haya escuchado, pero cuando menos lo pensé mis ojos y los de el estaban cruzados desde el otro lado de la ventana.
Se dibujó en su cara una expresión de vergüenza total y terror, y tan rapido como pudo, cubrió ...