Sombras de un diario
Fecha: 27/01/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Esteban Jonás, Fuente: CuentoRelatos
... uso.
Actualmente estoy en una oficina abandonada de un viejo edificio que fue del Ministerio de Energía y Minas en Ciudad Bolívar.
Soy de Soledad, una urbe en crecimiento antes del día terrible y que solo está separada de Ciudad Bolívar por un río llamado Orinoco. Quisiera poder volver a mi Soledad, pero el Puente Angostura está derrumbado. Conseguir algún pequeño bote o curiara y cruzar el río a remo, sería una obra épica, sin mencionar que más épico sería conseguir la mencionada curiara.
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Hoy noté a Pelusa algo alterado y preocupado. He aprendido a leer sus chillidos, sé cuándo es de alegría y sé cuándo son de alerta o de pánico. Él los puede sentir, deben estar cerca, eso es con seguridad; mi Pelusa no se equivoca. Ayer solo dormí entre tres o dos horas. Tengo mucho miedo de salir a las tinieblas de afuera. Nunca puedo dejar de sentir ese miedo, imagino que debe ser bueno sentirlo, seguro es lo que me protege, lo que me hace ser precavido.
El miedo me empuja a hacerle mantenimiento a mis armas. Hoy pasé una buena parte del día afilando mi machete y un pequeño pero sólido cuchillo. También lubriqué mi pequeña escopeta cañón corto de un solo tiro, solo me quedan cuatro cartuchos calibre 12, espero no tener que usarlos.
He ordenado todas mis cosas, no son muchas, pero me ayudan a tener algo de comodidad. Tengo una mochila de montañista, no muy grande y está remendada por todas partes; en ella guardo un recipiente de cloro con un litro de capacidad, aunque ...
... solo le queda menos de la mitad. Tengo una pequeña olla de aluminio y un vaso de acero inoxidable, un plato plástico y una cucharilla del mismo material, un trozo de lienzo, un pequeñito recipiente con gasolina adentro, un yesquero, una gruesa cobija de lana que uso como colchón para dormir y una delgada sábana para arroparme. Tengo un recipiente de refresco cola de dos litros y uno pequeño de 600 mililitros, ambos para colocar el agua que logro potabilizar.
Estoy pensando mucho si salir mañana, porque Pelusa sigue estando algo inquieto, si aumenta la intensidad de sus chillidos tendré que posponer mi salida un día más, el problema es que, no quiero morir de hambre, ni tampoco tener que salir con debilidad extrema en mi cuerpo.
17/12/2020.
Finalmente logré salir. Pelusa se calmó, lo que me dio confianza para salir de la oficina. A mi pequeño amigo le hice una especie de bolsito koala con una media vieja y unas cabuyas. Su bolsito de viaje queda ajustado entre mi cuello y mi cuerpo, quedando a la altura de mi pecho. Mi Pelusa parece un bebecito… ¡Carajo! Cuánto le quiero.
Antes de salir de la vieja oficina, verifiqué todas mis cosas por última vez. Me ajusté mi machete a mi cintura en una especie de vaina que hice con tela de jean, mi cuchillo lo coloqué a mi pantorrilla, en una vieja vaina de cuero cerca de mi tobillo. La escopeta la encajé en el lado izquierdo exterior de mi mochila. Desayuné una arepa, le di un pedacito a Pelusa, tomamos algo de agua y salimos a ...