1. Sombras de un diario


    Fecha: 27/01/2018, Categorías: Hetero Autor: Esteban Jonás, Fuente: CuentoRelatos

    ... alambres de ciclón. Era la vieja cerca que en un tiempo delineaba la zona militar de la ciudad. A mi frente la avenida y, lo que fue la urbanización Vista Hermosa. Al menos la cerca protegía mis espaldas, o también significaría quedar acorralado.
    
    Seguí avanzando con mucha precaución, me dirigía hacia la parte baja de la ciudad. Después de caminar unos cuarenta metros los pude ver, estaban a unos doscientos metros de mí. Eran menos de diez, parecía que devoraban algo, una persona o un perro quizás. Pelusa empezó a chillar más fuerte, así que me vi obligado a meterlo completo en su bolsa y la cerré con un viejo cordón de zapato. Vi hacia atrás de la avenida; nada en esa parte, luego me dirigí con rapidez hacia Vista Hermosa, por la parte de los pequeños edificios de cuatro pisos. Pelusa se calmó tan solo un poco.
    
    Aproveché para revisar uno de los edificios y refugiarme allí. Escogí el que estaba más próximo a la avenida, tenía la intención de usarlo también como una torre de vigilancia, así podría ver si había más infectados cerca de esa zona.
    
    La entrada de ese edificio no tenía puerta. Les oré y pedí a mis difuntos padres que el lugar estuviese vacío. Entré, estaba parcialmente oscuro, por algunas ventanas se filtraba algo de luz solar. Empecé a subir las escaleras muy despacio, había guardado la escopeta y saqué el machete. Pelusa paró de chillar, fue reconfortante no escucharle. Las puertas de algunos departamentos estaban abiertas, revisé algunos de ellos, en uno ...
    ... encontré un viejo colchón y una mesita de noche, pero no los tomé. Seguí revisando otros departamentos y en uno de ellos encontré una lata de caraotas, estaba en la cocina, la lata estaba parcialmente oxidada y su fecha de vencimiento, decía 5/mar/2019. Vaya suerte que tengo, la sardina que nos comimos Pelusa y yo se había vencido en el 2018—estamos mejorando, supongo—Que gran felicidad fue haber encontrado comida.
    
    Luego de revisar los departamentos que pude, decidí subir a la azotea, allí estaba la escalerilla, oxidada y podrida en algunos de sus peldaños, pero se podía subir por ella. Revisé la azotea, estaba vacía, tenía algunas poncheras y tobos para recolectar agua de la lluvia. Los recipientes tenían una tercera parte de agua, estaban llenas de larvas de mosquito, pero era agua. Alguien estuvo aquí y si todavía es su refugio, espero no ser recibido a tiros o a machetazos.
    
    Capítulo II.
    
    18/12/2020.
    
    *
    
    Fue una gran bendición encontrar ayer este edificio, pero aun así tenía que estar seguro de que ninguna persona, ni ellos, pudiesen acceder fácilmente a mí. Así que tenía que buscar la manera de asegurar la entrada de la azotea o crear un sistema de alarma; o mejor aún, tener ambos a la vez. Revisé algunos departamentos más, solo encontré un pedazo rasgado de sábana que estaba manchado de sangre seca, llevaría mucho tiempo así. Luego fui en busca del viejo colchón y por la mesita de noche. Los subí uno por uno a la azotea. Esa actividad de subir y bajar me había ...
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