1. Mi Suegra, en la calle una Señora, en la casa mi P


    Fecha: 28/01/2018, Categorías: Tabú Sexo con Maduras Anal Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... que avergonzarte, al revés será algo que recordaremos como tú dices, bonito y dulce.Seguí acariciándole las piernas y sobre todo el interior de sus muslos rozando cada vez con más frecuencia los labios de su coñito. Era tal la cantidad de flujo que salía de su interior que le corría por sus muslos mojando las palmas de mis manos. Era espeso y de un fuerte olor. Ella cada vez respiraba más fuerte y rápido y empezaba a mover muy despacio sus caderas.Viendo que su grado de calentura era ya importante le dije.Desabróchate la falda y déjala caer. Quiero ver lo que tienes entre las piernas.Así lo hizo. Se desabrochó la hebilla de su falda y esta cayó entre mis piernas dejando al aire un coño espectacular. Propio de una mujer de su edad.Al tener los muslos separados por fuera de mis piernas había una separación entre ellos de unos cuatro centímetros por lo que el coño quedaba como colgando. Como digo era espectacular. Los labios mayores los tenía abultados y abiertos y a través de ellos salían colgando los pliegues de sus labios menores. Esos pliegues eran carnosos y rosados y debido a lo empapados que los tenía, brillaban. En la parte superior de su coñito donde se juntan sus labios menores con los mayores, aparecía claro y abultado el clítoris. Con mis dedos pulgar e índice le corrí la piel que lo cubría y salió libre. Era blanco casi como transparente y se le veía brillante y abultado. Empecé a acariciárselo lentamente. Primero con un dedo luego con dos. Con mis dedos hacía ...
    ... círculos sobre él. A veces se lo pellizcaba otras veces lo presionaba. Trabajándole el clítoris estuve unos buenos cinco minutos. Bajando los dedos se los fui introduciendo a través del canal que dejaban los labios menores. Iba de arriba abajo. Desde el agujerito del ano hasta el clítoris una y otra vez, a veces rápido, otras despacio.Había que ver a mi suegra. Moviendo la cabeza hacia delante, hacia atrás, hacia los lados con la boca abierta, unas veces gimiendo, otras gritando, otras simplemente dando bocanadas de aire al ritmo que yo marcaba con mis manos en su coño. Movía las caderas con fuerza como para aumentar su placer.Sabía que si seguía tocándola de esa manera se correría. Pero yo no quería que se corriera. Quería tenerla disfrutando de esa calentura más tiempo. Así que cuando notaba que le llegaba el orgasmo paraba de acariciarla solo la tocaba con delicadeza hasta que notaba que podía volver a acariciarla. Al cabo de un rato con lagrimas en los ojos y casi como no pudiendo ni hablar me miró y me dijo.Raúl. Cariño. Por favor deja que me corra. Por favor no pares de tocarme y de acariciarme cuando ves que me viene el orgasmo. Te lo suplico. Lo necesito. Necesito sentir ese orgasmo dentro de mí. Déjalo venir. No me lo cortes más o me moriré.Y así hice. Cuando me di cuenta que le venía seguí acariciándole y apretándole el clítoris entre mis dedos y tuvo ese orgasmo que quería, profundo, largo, intenso. Le temblaban las piernas, todo su cuerpo empezó a convulsionarse, los ...
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