Mi mamá me ama 2 - Relatos Eróticos

Mi mamá me ama 2

... fondo de la boca sin dejar de mirarme y sonreír… ¡La pícara tenía el propósito de que acabara, sin dudas! Pasó la lengua por todo el tronco. Se la puso contra el paladar. Nuevamente hasta el fondo y más besos y lamidas en el glande. Sentía endurecer los huevos. Ella también los tenía en una de sus manos mientras la otra era la pajeadora. Me tomó de la piernas, se irguió, se levantó la blusa y llevó la pija al seno, entre las tetas. ¡Vendría una cubana antes de la mamada final! Le saqué la blusa. Las tetas estaban al aire. ¡Impresionate belleza! 
Me ensalivó dejándola caer de su boca. La lengua se estiraba al máximo para lamer el glande. 
-¿Te gusta papi? ¿Qué tal? ¿Cómo te doy el vermut? - Su lengüita acariciaba rápidamente el glande. ¡Sabía que estaba a punto!
-¡Va mamitaaaa! - Se la metió hasta el fondo sin soltarme. Instintivamente tome su cabeza. Me tiré hacia atrás y largué los chorros. Ari no desperdició nada, y luego de tragar con su mejor sonrisa me pregunto: 
-¿Alguna lo hace mejor?
-¡Jajaja! ¡No hay comparación!
-Bueno, mi amor. ¡Ahora podemos cenar!
-¿Cómo? ¡Y vos te vas a quedar con las ganas!
-No, para nada. Cuando terminemos la cena… ¡me vas hacer acabar todas las veces que quiera…, y te dejaré seco!
-¡Jajaja!
-Antes de nada, andá a tomarte las píldoras. Así hacen efecto en el momento oportuno. ¡Te quiero a punto! – Araceli me alcanzó la cajita.
-¡Jajaja! – Me tomé dos con un poco de agua.
-¿Fuiste al cardiólogo?
-Por supuesto. Lo hago cada ...

... tres semanas.
-Muy bien…, pero tenés que dejar de visitar a tantas “amigas”.
-¿Te fallo a la noche acaso?
-No…, paro te quiero con más ganas…
-No pierdo las ganas por estar con las “amigas”. Vengo con ganas… y contento… 
-¡Jajaja!
	Nos sentamos a la mesa y cenamos tranqui. Trate de llevar la conversación a un tema neutral, trabajo, obras, etc… Veré en que momento encaro el tema Kirky. 
	Luego la digestión y un poquito de tv. Estamos viendo una musical italiana. Cantaba una chica joven y muy bonita. El deseo no tardó. Me levanté y me arrodillé ante Araceli. No hay necesidad de palabras. Ari subió la pollerita y, sin dejar de mirar la tv, levantó el culito del sofá y sacó hacia las rodillas la tanguita. Yo terminé de bajarla y sacarla por los pies. Abrió las piernas y me ofreció su maravillosa conchita. Besé sus blanquísimos jamones, de un lado y del otro. Fui hacia los labios mayores. Besé cada milímetro de los mismos. Ari estaba total y prolijamente depilada. No había pelito que incomodara…, aunque a veces me gusta que la lengua se enrede. Volví hacia el perineo y abrí sus labios con los dedos. Ari levantó las piernas casi hasta la cabeza. Se tomó de las pantorrillas. Seguí hacía adentro. Separé los labios menores y metí la lengua en la cajeta. Hasta el fondo. Ari se había tirado hacia atrás, totalmente relajada. Lamí y besé, subiendo muy despacito, milímetro a milímetro, hasta el clítoris. Había suficiente humedad y sabor para “activar” la tarea. Sentí como ella se ...