1. El gordo Lito ( Tercera y última parte)


    Fecha: 31/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... pudiendo soportar ya más la desmesurada excitación y ante el asombro de Leila, María se montó abrazándose fuertemente del cuello de Toribio, para sobar furiosamente su empapada vagina en el durísimo miembro del sádico negro quien también quedo sorprendido. – ¡ dame por la concha… dame por la concha, ! – suplicó María fuera de sí ante la incrédula mirada de su mejor amiga. Esto éxito tremendamente al alborotado caballo que rápidamente guio su lubrica bellota hasta los húmedos y complacientes labios de la fogosa niña, que, al sentir el delicioso contacto de la quemante verga, con un desesperado movimiento de pelvis, se enterró la mitad del enhiesto y resbaloso miembro de Toribio. Este, al sentir las cálidas entrañas de la niña, enloquecido la tomó por las caderas e inició un ataque despiadado. La masoquista mulata al sentir como la concha se le ensanchaba al máximo, mordiéndose los labios con furia incontenible, clavó las uñas en las anchas espaldas de su verdugo mientras la desproporcionada verga se abría paso dilatando salvajemente su lacerada vagina. Por su parte Leila, completamente excitada presencia desde atrás como empalan a su amiguita, y con sádico morbo observa como el gigantesco y brioso miembro se arquea, para lentamente irse acomodando, hasta hundirse por completo en la jodida vaina de la ardiente nenita, el poderoso ariete entra y sale con furia de la infantil matriz. Con cada arremetida el negro se la empuja hasta los huevos, y luego saca y mete rabiosamente la ...
    ... pinga extrayendo y devolviendo el esfínter vaginal, este, tremendamente distendido por el estupro, se enrolla como un anillo, ajustando fuertemente el grueso y candente miembro, llevando a Toribio hasta los máximos delirios del placer. Con la carita constreñida y los ojos en blanco, la enfermiza niña siente de pronto como sus entrañas se encienden, producto de los incontenibles chorros de semen que el negro está bombeando dentro de su jodida intimidad. La abierta rendija de la menudita nena distendida al máximo, recibe sin piedad las abundantes y poderosas descargas del negro que parecen interminables. Pronto Leila se percata como esa negra anaconda, sale del jodido orificio vaginal vomitando espeso y viscoso fluido que llega a caerle por su carita. Por fin el impúdico moreno suelta a su desfallecida victima dejándola fuera de combate y con la concha rebalsando de semen. Antes de perder la erección, el indecente negro montó a Leila en su espumante verga, Esta, al sentir la enorme y resbalosa mole de carne que el negro a colocado entre sus partes, se abraza fuertemente para rodear con sus robustos brazos el inmenso cogote de Toribio, en tanto la pringada verga del verraco negro, se hunde lentamente hasta desaparecer por completo entre los empapados labios vaginales de la joven, que siente como la punzante vara va muriendo con débiles latidos en su intimidad. Mientras recupera su vigorosa fuerza copulativa, el negro introduce su áspera lengua en la boca de Leila para besarla ...
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