1. El gordo Lito ( Tercera y última parte)


    Fecha: 31/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... tendencias sexuales. – María se convirtió en la mejor amiga de Leila: era menor por un año y al igual que esta, también una niña de color, poseía una figura delgada y un cuerpo no tan fornido como su compañera, pero sexualmente se desarrollaba con gran precocidad, tenía los pechos prominentes y ya empezaba a brotarle el vello púbico. Era una niña problemática, malcriada, grosera y no respetaba a nadie, no le gustaba estudiar y andaba de su cuenta. Pero como le gustaba la pinga, siendo mañosa y precoz por naturaleza, le gustaban los chicos mayores y se dejaba coger con facilidad. No siendo tan bonita era más despierta y vivaz que Leila. A los siete años había sido sodomizada por unos primos por lo cual su madre la envió a vivir con sus abuelos, esto quizá explicaba en algo sus impúdicas tendencias. En fin, era una niña terrible, los ancianos no podían con ella y siempre recibían quejas. Encontró en Leila la compañera perfecta y no era del agrado de Lito. – Un caluroso sábado, después de una ardua faena y recibir su paga, Toribio y el gordo se sentaron sobre el pasto y a la sombra de un frondoso árbol, para tomar unas refrescantes cervezas, mientras bebían fueron compartiendo recíprocamente sus íntimas vivencias. – Mi nombre es Manolo, pero de pequeño mi madre para no confundirme con mi padre, cuyos amigos le llamaban Manolito, optó por apodarme simplemente Lito. – Luego continuo el gordo: – tengo dos hijos ya mayores que viven con su madre, me separe de ella hace quince años, ...
    ... de los cuales diez, trabajé de mozo en este enorme club vacacional cuando aún recibía visitantes. Luego lo cerraron y me dieron el trabajo de guardián. – Por su parte Toribio, también conto algo de su corta vida y mientras departían amenamente sus vivencias, tocaron como no, el tema de mujeres. Los dos hombres se fueron contagiando de lujuria conforme cada uno contaba con lisuras y groserías, sus experiencias sexuales cargadas de sucia morbosidad. Mientras departían alegremente entre risas y carcajadas, de pronto interrumpió la privacidad de los pervertidos sujetos, una robusta y curiosa morenita de diez años, quien se aproximó sin temor ante la presencia de los ebrios individuos, Era Leila, – Lito, ¿qué estás haciendo, ? Te he estado buscando hace días. – Como movido por un resorte el viejo regordete reaccionó sorprendido, – ¿ están trabajando aquí, ? – siguió preguntando la osada jovencita, mientras miraba al joven moreno con suma curiosidad. La tentadora mulata lucía más apetecible y hermosa que nunca. – ¿ Quién es ella, ? preguntó el moreno, devorando con la mirada a la sensual y juvenil negrita. El abochornado gordo, no sabía que argumentar y a pesar de su ebriedad trataba de controlar su evidente nerviosismo. – Se llama Leila, vive aquí en la entrada y a veces le permito jugar con otros niños, – balbuceo el panzudo viejo, al tiempo que era observado inquisitorialmente por su amigo. – aaah gordo pendejo, con que te gustan tiernitas ja ja ja ja – bromeo el negro quien no ...