El mejor amigo de mi marido
Fecha: 02/02/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: roberxl, Fuente: RelatosEróticos
... sujeto al cuello con una cuerda negra. Vamos, un tío sexy, muy sexy.
-Hola, soy Dora. Encantada.
Así empezó un tonteo de miraditas que de una forma u otra parecían destinadas a encontrarse. Tenía una mirada apasionada que volverían loca a cualquier mujer, pero él también se fijó en mí, estaba segura, y no pude evitar sentirme afortunada, orgullosa y algo más…
Ese fue mi primer encuentro con él. El resto fue un sueño, un sueño húmedo como jamás habría imaginado.
Durante la tarde preparé una cena especial para darle la bienvenida a nuestro huésped. Luego me duché. En la ducha, miré la cuchilla de afeitar y pensé que tal vez… bueno, decidí afeitarme un poco el pubis, quedándome por primera vez en mi vida con sólo unos tres centímetros de pelo justo en el centro, y que luego dejaría bien cortito con las tijeras. Al principio me sentí extraña, pero más sexy. Me miré supuse que así quedaba más sensual, más exquisito y lo rematé con tres gotitas de colonia de mora de Ives Rocher que va tan bien ahí. Es un aroma fresco y ligeramente dulce que siempre me sugiere encuentros comprometidos. No quise ni plantearme la razón por la que lo hice, me apeteció y ya está.
No podía dejar de pensar en cómo me había mirado, atravesándome el alma. Creo que yo le había mirado igual a él, como lo haría su propio reflejo en un espejo. Ansiando estar cerca de él, deseando que él me diera todo el placer del mundo.
Después me fui al dormitorio y muy nerviosa me dispuse a arreglarme un ...
... poco. Me miré en el espejo y me puse de perfil. Bueno, a pesar de mis “treinta y tantos” me considero una mujer atractiva para los hombres, recuerdo que pensé. Bien formada, alta, con un trasero respingón de esos que tanto les gustan a los hombres.
TOC – TOC – TOC
-¿Sí?
-Disculpa Dora… (era Rober desde el otro lado de la puerta) ¿Puedo utilizar la ducha?
-Claro, estás en tu casa. Dije lo más normal que pude, añadiendo. Tienes toallas limpias en el armario. Guau, al descubrir que ese hombre estaba ahí mismo sonaron todas las alarmas de mi cuerpo, dejándome sin respiración.
-Vale, gracias.
Hubiera querido decirle que entrara, y preguntarle si estaba guapa así ó si prefería que me pusiera un vestido. Pero no lo hice, evidentemente. Pero, sí decidí ponerme uno de mis favoritos, un vestido “camisón” negro con bordados muy elegantes y que me quedaba a medio muslo. Dudé un instante si llevar medias o pantis. Provocadora, quise probar unas medias muy discretas que mi marido me había regalado, color carne y aspecto suave. Inconscientemente deseaba estar deslumbrante, y por supuesto no pensaba pasar desapercibida esa noche. Pasé a decidir que zapatos me pondría, después me repasé el maquillaje y me recompuse el recogido sexy, dejando unos mechones caídos a cada lado de la frente. Me puse unas gotas de Cocó Channel y unos comedidos zapatos de tiras sin apenas tacón, para que se apreciaran mis uñas pintadas color morado.
Al salir de nuestra habitación escuché el agua. ...