1. Comienzo


    Fecha: 03/02/2018, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos

    Aprovecho mi primera entrada para presentarme contigo. Me llamo Dulce y estoy por terminar mi licenciatura en psicología, además soy técnica en enfermería y trabajo en una clínica privada del sur de la Ciudad de México.
    
    Quiero platicarte las cosas que me han pasado desde la mañana en que desperté teniendo el cuerpo delineado y firme de una mujer joven; cómo mi cuerpo se desarrolló rápidamente, yo había sido siempre una chica algo flaca y tímida, hasta mis últimos días de pubertad, para mí el despertar sexual llegó algo tarde, pero una vez que lo tuve, me he entregado a todos mis deseos y el de quienes han sabido ganarse mi cuerpo. Para mí fue como si en la última noche de mi adolescencia, la naturaleza hubiera trazado en mi las sensuales curvas que poseo y que hoy cuido y acentúo yendo todos los días al gimnasio y usando ropa pegadita, pues me gusta que me volteen a ver en la calle y en mi trabajo, sobre todo me gusta cómo los hombres se atontan cuando les dejo ver un poco más de la cuenta en mi escote o si me inclino sobre el mostrador de la clínica y a propósito levanto mi culito cuando sé que algún doctor o paciente guapo está detrás de mi viéndome y deseando penetrarme muy fuerte por atrás. Esa mañana, cuando me estaba bañando, me di cuenta de lo mucho que me habían crecido los senos, de lo paraditas que se habían puesto mis nalgas y lo ricas que se veían mis piernas húmedas y bien formadas. Y como soy del tipo de mujer delgada, mis curvas se notan mucho y desde ...
    ... entonces siempre he despertado el lado más pervertido de quienes me conocen.
    
    Recuerdo que la mañana de la que te hablo, salí de bañarme como siempre solo envuelta en la toalla y sin nada abajo y como mi cuarto estaba al otro extremo del pasillo en la planta alta de mi casa, tenía que atravesar por la puerta del cuarto de mis padres y el de mi hermano menor. Cuando ya iba a entrar a mi recámara, la puerta de mis papás se abrió, y antes de cerrar mi puerta para vestirme, sentí por primera vez lo que por mucho tiempo ha sido uno de mis placeres, la mirada cachonda de un hombre concentrada en mi cuerpo. Como era la primera vez que sentía algo así, voltee un poquito asustada y sacada de onda, quien me veía era mi papá parado a la mitad del pasillo, estaba casi babeando mirando fijamente mis piernas, que quedaban descubiertas desde la mitad de mis muslos. Con la impresión que me dio, cerré casi de golpe la puerta, me sentía agitada y con un cosquilleo calientito y rico en mi vagina, me había puesto caliente, de verdad caliente por primera vez; mi primera reacción fue casi instintiva, me puse de espaldas a la puerta de mi cuarto y comencé a tocarme, primero encima de la toalla, luego introduje la punta de mi dedo medio en mi vagina, era muy rico, me temblaban las piernas y me sentía agitada, pero la voz de mi madre al otro lado de la puerta diciéndome que bajara a desayunar, hizo que mi calentura desapareciera tan rápido como llegó.
    
    En ese entonces, mi tío Pablo vivía en la casa de ...
«123»