1. Comienzo


    Fecha: 03/02/2018, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos

    ... al lado y se encargaba de llevarnos en su auto todos los días a mi hermano y a mí a nuestras escuelas, (mi tío Pablo es el hermano menor de mi papá y los dos siempre han sido hombres atractivos), en las mañanas dejábamos a mi hermano y luego, mi tío me dejaba en la prepa antes de ir a su trabajo. Y como yo era la princesita de la casa, siempre viajaba en el asiento de adelante. Esa mañana en cuestión, luego de dejar a mi hermano, mi tío arrancó el carro y puso su mano derecha sobre mi rodilla, en la parte que no cubría la falda de mi uniforme.
    
    -Hoy descubrí que te has convertido en una mujer, Candy. - Me dijo el tío Pablo mientras apretaba su mano sobre mi pierna, la sensación me gustaba, así que despegué un poquito las rodillas, para facilitarle el tacto.
    
    - ¿Por qué lo dices?
    
    -Bueno, porque ya tienes la figura de una mujer, y has dejado de ser solo una niña bonita para ser ahora una chica muy guapa- Respondió y quitó un momento su mano de mi pierna solo para hacer un cambio de velocidad con la palanca del coche, luego volvió a poner su mano en mi pierna, esta vez en mi muslo y no en mi rodilla. -Y quiero que me prometas que, si algún muchacho te parece lo suficientemente bueno como para perder tu virginidad y lo haces, lo obligues a usar condón ¿me lo prometes? el sexo y el cuerpo es para disfrutarse muchos años y no para embarazarse a la primera- En ese entonces su petición me pareció sin sentido, hoy entiendo mucho más de por qué me lo pedía. Si mi tío supiera ...
    ... que mi primera vez fue sin condón y el güey con el que cogí me llenó el coño con su semen calentito hasta que me chorreaba por las piernas, no sé qué cara pondría.
    
    -Sí, te lo prometo, aunque todavía falta mucho para eso- Las cosas que dice una sin pensar que nunca se sabe el futuro. Cuando llegamos a la esquina de mi escuela mi tío detuvo el auto como siempre, entonces noté que la mano de mi tío seguía en mi muslo, pero ahora estaba debajo de mi falda, no supe en qué momento la metió, pero en ese instante me puse caliente y húmeda por segunda vez en la mañana, Pablo olía tan rico y me pareció tan guapo, que en un impulso que ahora, unos años después todavía trato de explicarme; en vez de darle el acostumbrado beso de despedida en la mejilla antes de bajar del coche, me acerqué a su cara, saqué mi lengua y le da una lenta e intensa lamida en la cara, cerca de la comisura de sus labios. -Nos vemos en la tarde- le dije, sonriendo coqueta; él volteó a verme, divertido y despreocupado y cuando me di la vuelta para bajarme del coche, con la yema de sus dedos me acarició la parte de atrás del muslo, desde el pliegue donde empiezan mis nalgas hasta la corva, el muy cabrón me había metido la mano abajo de la falda por segunda vez, y yo me puse muy cachonda, no había sentido hasta entonces mis pezones tan duros y mi panochita que ya de por sí estaba muy húmeda, empezó a palpitarme muy fuerte y muy caliente, cada vez más mojada. Con gusto me hubiera quedado en el coche para darle una ...