1. El calvario de Luciana (6)


    Fecha: 03/02/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... preparo, señora. –dijo la vendedora todavía un poco turbada por haber sido sorprendida cuando espiaba.
    
    Emilia la dejó hacer y en determinado momento, luego de guiñarle un ojo a Graciela, que retenía a Luciana por un brazo, le dijo a la chica:
    
    -Contame que hacías asomada al sótano mientras le probábamos la ropa a mi putita.
    
    -Perdóneme si le molestó, señora, no sé… no sé por qué lo hice, perdóneme, por favor. –contestó la vendedora con la cabeza gacha y sin interrumpir su tarea de doblar y poner en bolsas con el logo del local toda la compra.
    
    -Pero no, tesoro, si no me molestaste mirando. Al contrario, me gustó que te interesara lo que hacíamos ahí abajo. –dijo Emilia adoptando ese tono insinuante que usaba en determinadas circunstancias. El clima era de tan alto y sutil voltaje erótico que Graciela notó que se estaba mojando. “¡Dios mío! ¡Qué mujer!” –se dijo y continuó observando la escena mientras apretaba sin darse cuenta el brazo de Luciana, perdida en la niebla de su mente y ajena por completo a lo que ocurría.
    
    -Sos muy linda, nena. ¿Lo sabés? –dijo Emilia mientras la vendedora iba terminando de preparar las bolsas.
    
    -Gracias, señora. –contestó la chica con una vocecita adelgazada por la vegüenza.
    
    -¿Vivís con tus papis o solita? –continuó hostigándola Emilia.
    
    -No, con una amiga, señora, mis padres murieron.
    
    -Ay, pobrecita. –fingió condolerse la perversa proxeneta.
    
    -Hace un año, en un accidente en la ruta. –amplió la vendedora. –Me dejaron el ...
    ... departamento, que era de ellos, pero viviendo con mi amiga a las dos se nos hace más aliviado, con los gastos, digo.
    
    -Entiendo, pichona. ¿Y qué hacés además de trabajar aquí? ¿Estudiás?
    
    -Sí, señora, mi amiga y yo estudiamos medicina.
    
    -Ah, mirá que bien las doctorcitas. –dijo Emilia y al ver que la compra estaba lista le indicó a Graciela que la ayudara a llevar las bolsas. Pero antes sacó de su cartera una tarjeta personal y se la extendió a la vendedora.
    
    -Tomá. –le dijo. –Si alguna vez sentìs que acá no estás bien o ganás poco y querés cambiar de trabajo llamame, linda. –e inclinándose desde su estatura hacia la chica la besó muy cerca de la boca durante dos segundos, sin que la vendedora se apartara. Inmediatamente después indicó el camino de la salida a Graciela que se llevó a Luciana con ella y desde la puerta la puerta Emilia le envió un beso con el dedo a María, que la miraba fijamente.
    
    Una vez en la calle Emilia encabezó la marcha hacia el remís que las esperaba. El conductor, al verlas, descendió del vehículo y se apresuró a abrir el baúl para que pusieran allí las bolsas.
    
    -Las tres vamos atrás. –dispuso Emilia. –Pasá, Graciela. –y una vez que se hubo sentado la arquitecta hizo entrar en el auto a Luciana para después ubicarse ella.
    
    -Bueno, a casa otra vez. –le indicó al conductor e inclinándose un poco hacia delante dijo dirigiéndose a la arquitecta: -Bueno, Grace, ¿te tengo conmigo hasta mañana, entonces?
    
    Graciela se avergonzó de semejante ...
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