La piscina, la cuerda y la sumisa - Relatos Eróticos

La piscina, la cuerda y la sumisa

... boca, en el pecho y mete mi pene en su boca para saborear nuestros jugos, y me besa en la boca nuevamente, y con una cara de traviesa me dice, así ya nos saboreamos todo. Vuelve a meter mi pene en su boca, me la chupa con unas ganas y deseo que solo se me puede poner más dura y sentir que va a explotar en cualquier momento, me empieza a lamer los testículos y me dice, tu me chupas mi cola y ahora yo te chupo la tuya, y siento como su lengua empieza a jugar con mi ano, una sensación nueva pero rica, termina de lamerme, se sube en mi, toma mi pene en su mano, y se lo mete suavemente, empieza a mover sus caderas gentilmente, subiendo el ritmo, mientras yo pongo mis manos en ella, para ayudarle a no perder el ritmo y la velocidad, ambos al borde de explicar, ella me dice que no pare, que siga así… después de unos segundos en completo silencio, escucho en ella un grito delicioso que solo se puede identificar como orgasmo. Empecé a sentir como se escurría entre mis testículos sus jugos.

Es tan gratificante sentir que se viene sobre ti, que quedé en el orgasmo mental un rato, sin embargo no terminé dentro de ella. Y ella notó que mi pene estaba aún erecto, y me dijo, estoy sensible de mi cosita, pero métemela por mi cola y lléname de tu lechita, acto seguido, se acostó, puso sus piernas sobre mis hombros, coloqué mi pene en su colita y lo empecé a empujar poco a poco, viendo su cara de dolor y gozo al mismo tiempo, hasta que logré entrar en ella, unas cuantas embestidas y exploté dentro de ella, dejando mi lechita escurriendo en su colita y ambos bien extasiados y agotados.

Y así fue como soñé con ese momento, quise redactarlo porque el sueño fue muy vívido, que aún puedo sentir su sabor y escuchar sus gemidos.