Mi sobrina Dormida y yo - Relatos Eróticos

Mi sobrina Dormida y yo

... ropa para quedar en traje de baño, un bikini rosa chicle con lunarcito blancos, me quedé asombrado con su cuerpo de mujercita, esa cintura con la plancita plana, la bikini bien entangada me hizo tener un deja vú  de cuando la veía a mi cuñada, el morbo en mi cabeza despertó un viejo deseo. Me apresure, me puse el short de baño y me fui con ella y me tiré un clavado, pasamos un rato jugando como niño en la pileta, (que de inocentno tenia nada).  yo era el tiburón y tenía que deborarla, cada vez que la atrapaba mis manos recorrían su cuerpo queriendo sobre pasar los límites, con mi boca tentada de morder los cachetes  de ese culo bajo el agua, entre abrazos, cosquillas y forcejeos,  la fricción con su suave piel  resbalando entre mis brazos, me costaba disimular mi excitación, por momentos trataba de mentalizarte que estaba mal lo que me pasaba, que no podía ser tan degenerado de aprovecharme de la inocencia y confianza de mi sobrina; pero cuando la veía, mis deseos mas oscuros tomaban el control de mi cuerpo, ver esa colita redondita y firme, esos pechos con los pezones paraditos por el  frio del agua me hacía perder la cordura. 
Salimos de la piscina para merendar, nos hicimos una chocolatada con un pan dulce fantoche con chispitas de chocolate; mientras tomabamos la choco Leila me pregunto sobre mi separación, le conté que ya veníamos mal y el encierro por la pandemia solo empeoró las cosas y lo mejor fue seguir cada uno por su lado.  
Con el paso de la tarde, lo que paso ...

... en la pileta habia quedado atrás,, mientras caía los últimos rayos de sol del atarceder me puse a hacer el fuego para el asado charlando y tomando unas latas de cerveza con mi viejo,
Leila ayudaba a su abuela con las ensaladas, Leonel se sumó a nosotros mas tarde. De repente se escucha llegar la moto de mi hermano que venia con mi cuñada, Claudio se unió a la conversación, hablamos de fútbol, politoca, covid, era una navidad atípica, generalmente tambien vienen mis tio y primos
Mi cuñada Gaby estaba más que hermosa, a sus 40 años todavia conservaba su figura, tenía un vestidito negro si corpiño y con la tanga que se le marcaba, fue difícil controlar mis miradas. 

Transcurrida la cena de noche buena hicimos la sobremesa donde no faltaron los chistes de mis hermanos sobre mi separación. Entre las latas de cerveza y los 2 vinos que nos tomamos en la comida yo ya estaba bastante alegron, la veo a mi sobrina,  con su shorcito de jean blanco y una remerita con estrellitas plateadas cortita que dejaba al descubierto su pancita tirada en el sillon con su celular; la fui a molestar como de costumbre, le dije  que si estaba aburrida podiamos bailar, la tome de sus manos y nos pusimos a bailar una de los palmeras, entre vueltas y roces  se me vino el recuerdo de esa tarde en la piscina,  la excitación comenzaba a invadir mi cuerpo, terminé de bailar con ella y nos acercamos a tomar algo fresco a la mesa con los demás,  me estaba sirviendo sidra cuando Leila me pidió que también le ...