Helena y una placentera estadía en Cuba
Fecha: 05/02/2018,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Sexo Interracial
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
... flexionando sus piernas y muy despacio empezó a meterse en su ahora dilatada concha esa increíble serpiente. Empezó metiéndosela muy despacio. Subiendo y bajando como antes había hecho Edmundo con ella. Entonces él la tomó pellizcándole los pezones y le marcó el ritmo de bombeo, diciéndole a los ojos:“Cabalga puta blanquita, cabalga mi verga; siente como entra y sale. Así, así, perra”Mi amiga gemía, gritaba de placer, lloraba, se retorcía sintiendo esa cosa gigante que la llenaba por completo. Cada tanto un nuevo orgasmo la hacía temblar echando la cabeza hacia atrás…Luego de un buen rato de cogerla así, Edmundo la aferró por las caderas y sin dejar que ella se saliese, se levantó tomándola en brazos. Ella se agarró al grueso cuello del negro y le rodeó las caderas con sus largas piernas.La llevó otra vez hasta la cama y allí le ordenó que adoptara la posición de perrito, a lo que Helena obedeció sin perder su sonrisa. Cuando ella estuvo apoyada sobre sus codos y rodillas, el negro subió a la cama y se ubicó entre sus muslos abiertos.“Mi puta blanca está lista para recibir mi verga negra en su lindo culo?”. Preguntó.Helena intentó protestar, diciendo que era demasiado grande para metérsela por el culo y que la iba a desgarrar, pero el negro ya la aferraba por la cintura, inmovilizándola, sin dejarle escapatoria más que aguantar ser sodomizada…Los aullidos de ...
... Helena llenaron toda la habitación cuando el negro comenzó a hundir esa gigantesca pija en su delicado culo. Ella se debatía tratando de zafarse del abrazo, pero el negro era implacable: estaba decidido a romperle el culo a toda costa.De repente Helena dejó de gritar y me sonrió, dejándome entender que ya estaba disfrutando de esa pija en su trasero. Por suerte para ella, esta vez Edmundo no aguantó demasiado tiempo y en menos de cinco minutos tensó su espalda hacia atrás y gruñendo fieramente se vació en el fondo de mi amiga.Helena quedó acostada boca abajo, su bello rostro oculto contra la almohada. Mientras Edmundo volvió a vestirse y acercándose donde yo estaba sentada, metió sus dedos en mi concha dilatada y mojada luego de mis dos orgasmos.“Mañana te toca, perrita rubia, prepárame ese culito para mi verga negra”. Susurró.Volvió a la cama junto a Helena y le dio un par de sonoras palmadas en las redondas nalgas a mi amiga. Ella gimió pero no se movió.Edmundo entonces desapareció por la puerta.Me acerqué a Helena, para comprobar que su entrada anal estaba completamente dilatada y enrojecida, dejando escapar un río de semen que manchaba las sábanas. Sus labios vaginales también estaban irritados y muy abiertos.Ella abrió sus hermosos ojos, me sopló un beso con sus dedos y me dijo:“Vas a tener que probar esa verga negra, amiga… no te vas a arrepentir nunca…”