Alex, 18 años, casi Alexia de tan lindo (4)
Fecha: 07/02/2018,
Categorías:
Masturbación
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... dijo con tono seco: -Ya oíste al señor.
El chico tomó el pote con mano temblorosa y miró esa verga que palpitaba, amenazante, a escasos centímetros de su rostro. El viejo soltó un largo suspiro cuando sintió los dedos de Alex desplazarse por su pija para untarla con la vaselina.
-Ya está bien, suficiente. –dijo el sátiro y mandó al jovencito a ponerse otra vez en cuatro patas.
Ligia le quitó el pote de la mano y tiró violentamente de la cadena del collar, como para apoyar la orden del ingeniero. Una vez en cuatro patas, el chico no podía quitar la vista de esa verga lista para penetrarlo. El doctor y el escribano observaban sentados en el borde de la cama con una expresión de lujuria en sus caras y retorciéndose las manos, impacientes.
Alex vio al ingeniero rodearlo para detenerse a su espalda y luego lo escuchó decirle:
-Abrí las piernas.
-Sí, señor… -murmuró con un hilo de voz. Lo hizo y enseguida sintió una mano aferrar su cadera izquierda mientras el viejo le pedía a Ligia:
-Sepárele las nalgas, señora.
La mujerona se acercó presurosa, se inclinó y cumplió con lo indicado provocándole al chico un notorio estremecimiento.
-Camino despejado, ingeniero… -dijo Ligia y una sonrisa perversa le curvó la boca mientras miraba cómo el vejete empuñaba su verga y la iba acercando al objetivo.
-Llegó el momento en que tu lindo culito va a tragar su primera verga, nenenena… Y una vez que hayas probado esta verga iniciante ya no vas a poder vivir sin ...
... ser follado… Pude saber eso cuando te cogí con el consolador y te volviste loco, putito…
Alex la escuchaba en silencio, invadido entero por la ansiedad, cierto temor y un intenso deseo.
“Sé que al principio me va a doler mucho… -pensaba el chico. …pero enseguida pasa y se siente placer... ¡mucho placer!” se decía recordando su experiencia con el consolador de Ligia. Fue en ese preciso momento que la verga del ingeniero comenzó a penetrarlo lentamente mientras el viejo le sujetaba firmemente las caderas, ahora con ambas manos, dominando los corcovos del jovencito que a la vez exhalaba un largo gemido de dolor:
-¡Aaaaahhhhhhhhhhh! ¡me dueleeeeeeeeee!...
-Metaselá hasta el fondo de un envión, ingeniero. –recomendó Ligia. -Cuando la tenga adentro va a dejar de dolerle y empezará a gozar. Es lo que queremos, ¿cierto?
-Sí, claro, como con todos. –acordó el viejo. -Para convertirlos en putitos si es que no lo son.
-Pero éste lo es… -dijo la mujerona.
-Sí, con éste no hay que hacer ningún trabajo de conversión. –dijo el sátiro en medio de una sonrisa lasciva para después, con un violento envión de las caderas, enterrar por completo su verga en el tierno culito del chico, que volvió a gritar. Sin embargo, mientras los huevos hinchados del ingeniero tamborileaban contra las horadadas nalgas y la verga iba y venía sin cesar, el jovencito trocaba su grito de dolor por jadeos y gemidos que expresaban claramente el placer que estaba experimentando. Presa de un temblor ...