1. Oscar y Pepe...


    Fecha: 07/02/2018, Categorías: Gays Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... selva coronaba un pene circuncindado de dimensiones normales y un par de huevos flojos y colgantes detrás. Reparé en todo en apenas unos segundos. Tiempo insuficiente y mucho menor del que hubiera deseado tener para observar a mi amigo, pero de todos modos agradecí la oportunidad de poder observarlo de aquella manera.Muévete papacito – le recordé mirando la hora.Oscar terminó el baño a toda prisa. Se pasó la toalla un par de veces por el cuerpo, y escurriendo todavía salió a buscar la ropa, conmigo detrás como su sombra. Asaltó los cajones del clóset en una búsqueda frenética.Gaby! – gritó – no encuentro un par de calzones limpios.Lo siento, amor – contestó ella desde la cocina – no pude ir a la lavandería a recoger la ropa.Y qué hago? – contestó el inútil mientras yo comenzaba a ponerme verde de desesperación.Ponte uno de los míos – le contestó ella.Oscar sonrió considerando la idea de su mujer, pero se le borró la sonrisa al ver que yo estaba al borde del infarto con su pequeño inconveniente doméstico.Ya, ya, Pepe, tranquilo – dijo sacando un gastado pantalón de mezclilla de la gaveta – me voy sin calzones – dijo conciliador – ya no perderé tiempo, lo prometo.Metió sus hermosas piernas en el pantalón, cubrió sus bellas nalguitas con mezclilla y vi desaparecer la selva negra al subir la cremallera y abotonar la cintura. Una playera de algodón, una liga para el pelo, una rociada de colonia en las mejillas, y el buen Oscar, cámara en mano estaba listo para salir a trabajar ...
    ... por fin.La previsora Gaby había puesto el café en vasos desechables y nos los dio con sendos besos de despedida. El mío en la mejilla y el de Oscar en la boca. Preciosa boca, no pude dejar de notar.Con apenas diez minutos para llegar a la rueda de prensa, manejé mentando madres mientras Oscar disfrutaba del aromático café y me dejaba a mí hacer berrinches con el concurrido tráfico matutino.Por supuesto llegamos tarde. La rueda de prensa acababa de terminar. Encontramos a los reporteros y camarógrafos de la competencia preparando ya sus notas y al jefe de gobierno, objetivo que debíamos cubrir, abandonando la sala con su acostumbrado séquito de guardaespaldas.Chingada madre! – exclamé desesperado.Ahora si nos corre Sepúlveda – comentó Oscar, sin darse cuenta que el comentario sólo lograba enojarme más todavía.Sígueme – le dije – y prepara la cámara.Le dimos vuelta al recinto y salimos por la puerta de emergencia. El jefe de gobierno se había entretenido justo en la salida con una llamada. Por la parte posterior del edificio localicé una pequeña y disimulada puerta negra y la empujé sin hacer caso al letrero de advertencia.Pepe, tu sabes que no podemos entrar aquí – dijo Oscar, siguiéndome a pesar de todo.Tenemos que conseguir una nota – le dije en voz baja – a como de lugar.El pasillo, largo y obscuro era una conexión directa a las oficinas del jefe de gobierno. Era utilizado principalmente por el personal de servicio, que no debía utilizar la entrada principal. Generalmente era ...