1. Violación a una voyeur


    Fecha: 08/02/2018, Categorías: Incesto Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos

    ... follada.
    
    Notaba los besos de la mujer en el cuello, sus dedos jugando con sus pezones... pero nada parecía molestarle ya.
    
    Antonio gemía con cada arremetida del chaval, que aumentaba la contundencia.
    
    -Mira al cabrón de mi marido, ahora se le está poniendo dura...
    
    Era cierto, el pene de Antonio empezaba a asomar algo más erecto que antes. Cierto que no mucho más pero se notaba.
    
    El mulato estaba destrozando el ano de aquel hombre. Los gemidos de Antonio ahora eran casi alaridos.
    
    La mujer agarró con dos manos la cara de Natalia y la hizo girarse hacia ella. Le volvió a meter la lengua en la boca.
    
    -Me lo has comido bien, pero te queda que aprender. Te voy a enseñar cómo se hace.
    
    Con un leve empujón tiró a Natalia en la cama. La giró haciendo que quedará boca abajo. Cogió una almohada y se la metió en la zona del ombligo, obligándola a levantar algo el culo.
    
    La mujer tenía la mano sobre la cabeza de ella, obligándola a tenerla apretada contra la cama, mirando en sentido contrario al que ocupaban Antonio y el mulato. Ellos parecían haberse detenido, ya que la cama ya no se movía.
    
    Notó como la mujer con la mano libre le bajaba los pantalones y la ropa interior hasta los tobillos. Otras manos se lo quitaron del todo. La dejaron allí solo con las sandalias. La obligaron a abrir las piernas en aquella posición.
    
    -Mmmmm, que coño más bonito, me gusta. Me lo voy a comer enterito – dijo la mujer. Natalia notó como le pasaba la mano con saliva por su sexo. - ...
    ... Además estás más que mojada, que delicia.
    
    Natalia notó como se movía entre sus piernas. Cerró los ojos para recibir la lengua de aquella mujer.
    
    El gemido de Natalia fue tremendo.
    
    La lengua de la mujer no llegó a su coño. Lo que llegó fue el pene del mulato que penetró duramente su vulva. Fue una penetración dura, sin contemplaciones. Natalia mordió las sábanas, mientras escuchaba la risa de la mujer.
    
    -Cambio de planes, guapa.
    
    Noto las manos del mulato que se dejó caer sobre la parte posterior de su cintura. Y empezaron las embestidas. Eran brutales. No lo aguantaba. Creía que se iba a desmayar. Lloraba del dolor. Del dolor físico y de todo el demás dolor, del castigo que estaba recibiendo. Escuchaba los gemidos del mulato y como sus dedos se hundían en la piel de su cintura. Estaba completamente clavada en el colchón y empalada por el mulato.
    
    Notó movimiento junto a su cabeza.
    
    -Abre la boca guapa. Que mi marido ya está listo para lo que prometiste hacer. Natalia levantó la cabeza algo y se encontró con la polla de Antonio, en estado semierecta, que le intentaba penetrar la boca. Cerró con fuerza los labios. Pero la mujer le dio otro tortazo. Los abrió y Antonio le metió la polla. No tuvo que hacerle felación ninguna. Se corrió casi instantáneamente. Notó la corrida caliente en la boca.
    
    Cuando le sacó la polla de la boca dejó caer el semen a la cama. No era mucho, pero era muy denso. Le daba mucho asco.
    
    Entonces notó un monstruoso empujón por parte ...
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