1. Violación a una voyeur


    Fecha: 08/02/2018, Categorías: Incesto Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos

    ... cosa de un par de mujeres mayores que se turnaban. Natalia sólo tuvo contacto con un par de clientes en los primeros meses de trabajo: que si una tele que no funcionaba, que si el jacuzzi solo tenía agua fría... Pero poco más.
    
    El novio de Natalia sabía dónde trabajaba y no estaba muy de acuerdo con la idea puesto que la fama de picadero se había extendido por toda la comarca. Aunque Natalia lo tranquilizaba e incluso un par de noches lo invitó a estar con ella en la recepción para ver que los ratos que echaba allí eran más para bostezar que para otra cosa. Eso sí, los padres de ella ignoraban lo del nuevo trabajo de la niña. Seguían pensando que trabajaba sirviendo copas y café. Fue una medida de seguridad que ella tuvo y que su novio apoyó.
    
    Pues así pasaban las semanas. Y cada semana que pasaba Natalia iba más contenta al trabajo. No sólo por la pasta que estaba ganando y los pocos quebraderos de cabeza que le daba, sino porque le gustaba. Ella pensaba que era el trabajo más morboso que se podía tener. Veía desde donde estaba, los coches pasar, levantarse las puertas de los garajes, entrar y de nuevo la puerta abajo. Natalia pensaba y se imaginaba cada vez que eso pasaba lo que ocurriría luego tras esas puertas y esa la excitaba.
    
    La primera vez lo hizo con temor. Con ganas pero con temor. Pero luego ya lo hacía con normalidad. Natalia solía masturbarse en el trabajo. Estaba sola allí, tras una barra que la protegía de miradas que pudieran darse de algún cliente que ...
    ... entrara en la recepción de forma sorpresiva y lo aprovechaba. Incluso cambió su forma de vestir para ir al trabajo por ello. Las primeras veces que se masturbó llevaba vaqueros pero no era lo mejor para lo que hacía así que empezó a acudir con faldas que le facilitaban la cosa. Su imaginación volaba al mismo tiempo que lo hacían sus dedos en su vulva. En aquellas semanas se masturbaba en aquella recepción casi de forma compulsiva. Y algunos de esos orgasmos fueron bestiales. Algunas noches, pasaba las horas en falda sí. Pero sin nada abajo. Se deslizaba las bragas hasta los tobillos, se las quitaba y las metía en el cajón. Y un par de noches se corrió una y otra vez, una y otra vez. Alguna mañana tras la jornada de trabajo todavía sentía los dolores de su coño por tanto masturbarse.
    
    Pero un día, con la imaginación ya no tuvo bastante. Viendo una serie de la tele, una tarde en casa, tuvo una idea.
    
    A través de internet compró un reloj despertador digital. No era uno normal. En su interior contenía una cámara hd en color y un micrófono. Pero visto de cerca lo cierto era que parecía un reloj más. La web lo llamaba el "reloj espía", un nombre más que apropiado.
    
    Temblando pero segura de sí, Natalia accedió en su siguiente turno a la casa más cara de todas, la que era más amplia. Colocó el reloj en un sitio estratégico y lo conectó al sistema wifi del complejo. Luego se volvió a la recepción. En su portátil había instalado el programa del reloj. Accedió a él. La calidad de ...
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