1. Historia del chip (045): Nuevas normas (Enko 004)


    Fecha: 09/02/2018, Categorías: Lesbianas Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... facilitar la labor. Sólo esperaba que nadie se fijase en ellos, en medio de la algarabía del local. Era tan extraño facilitar el acceso a un semidesconocido que todavía la erotizó más. Y pensó en lo que sus piernas desnudas y su falda casi inexistente hacían: señalar a los ojos y a la mano dónde posarse.
    
    Trudy ansiaba el contacto, aunque una parte quería cerrar las piernas a toda costa. Mike lo notaba, estaba segura. Ni el más torpe de los hombres sabía lo poco que deseaba una mujer ser acariciada en público en esa zona si no había un juego previo o algo de seducción y a ser posible, con invitación.
    
    Pero el manjar estaría allí siempre para Mike y Trudy miró con ferocidad hacia Enko, como indicándole que era un idiota dejando que otro hombre la tocase. No podía importarle demasiado, ya que, después de todo, tenía control absoluto de su cavidad desde hacía seis meses. Y si Trudy recordaba bien, sólo ocho veces la había usado en esa zona desde entonces.
    
    Estaba claro que cederla a Mike era una forma de control más elaborada que el cinturón de castidad. Y ser manipulada en público una manera de decirle al mundo en qué se había convertido. O acaso era para que T surgiese en una situación como esa.
    
    Mike no fue directamente al punto discutido, sino que, -con cierta paciencia nada masculina-, acarició los labios verticales, jugosos y aceitados. Sólo cuando se explayó adecuadamente rozó el pubis, como para comprobar que estaba suave y bien depilado, provocando un suspiro ...
    ... de Trudy. El clítoris por fin fue inspeccionado y apreciado en su justa medida. Lo giró levemente como para comprobar su tensión aparte de su sensibilidad.
    
    Trudy se mantuvo erecta, los pezones rígidos y orgullosos, como si no tuviera nada de lo que avergonzarse o acaso para no derrumbarse. Todo fue muy rápido en realidad, pero para Trudy transcurrieron siglos. Cuando Mike retiró la mano y Trudy juntó las rodillas hasta dejar una estrecha vía de acceso, tuvo que limpiar los dedos de Mike, rebosantes de líquido vaginal y excrecencias de sus labios. Trató de hacerlo con pulcritud, como si fuera aceite de las patatas y Mike fuera su novio de toda la vida. Aplicar sensualidad a ese gesto resultó más difícil incluso que abrir las piernas.
    
    —¿Y bien? —preguntó Enko al ver a Mike pensativo como si el clítoris de Trudy tuviese algún problema metafísico inabordable.
    
    —¿Por qué no ha disfrutado? —le preguntó a Enko y sin mirar en esta ocasión a Trudy. Enko sí la miró.
    
    —Quizás no ha estado suficientemente tiempo con el cinturón de castidad —sugirió.
    
    A Trudy le preocupó más que alguien estuviese escuchando la conversación más que la insinuación de Enko. No pensaba defenderse. Algo le decía que estaba jugando con ella.
    
    —¿Te ha gustado? —preguntó Enko como si fuera necesaria la confirmación de las palabras de Mike.
    
    —No es por… es que me siento cohibida.
    
    Enko los miró apesadumbrado, como si fuera una tragedia.
    
    —Perdónanos, Mike. Ha sido un error de cálculo mío. Trudy ...
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