1. Historia del chip (045): Nuevas normas (Enko 004)


    Fecha: 09/02/2018, Categorías: Lesbianas Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... toquen el pecho cerrarás los ojos y pondrás las manos detrás de ti. Se quedarán detrás hasta que recibas permiso para moverlas. Pero ahora, vamos a la cocina.
    
    Nadia se levantó tratando de no mover demasiado la cadena. Los pezones estaban demasiado sensibles para tirones. Emma llevó una mano al pezón derecho. Nadia dio un pequeño respingo.
    
    —¡Qué pronto te olvidas de las instrucciones! Manos atrás, ojos cerrados. Disponible para ser sobada.
    
    Nadia hubiera soltado un exabrupto o algo peor. Calló y obedeció, más molesta por su falta de diligencia que por la forma de tratarla de Emma. Notaba que era una pose. Después de comprobar que los pechos seguían igual de firmes que hacía un rato, por fin se encaminaron a la cocina.
    
    — Puedes abrir los ojos, mira al suelo, un metro delante de ti. Es una medida temporal. Todavía no estás cómoda desnuda. Dejaremos que los hombres te contemplen a gusto. Cuando no estés caminando, mirarás al frente, justo por delante de ti y algo por encima de la altura de la cabeza de tus admiradores.
    
    A Nadia le hipnotizó el movimiento de la cadena en sus pezones. No se imaginaba que fuera tan grande la oscilación. Y el movimiento de las piernas y los pies resultaba erótico. Empezó a entender el motivo de todo eso.
    
    Estuvieron cocinando más de hora y media, para unas diez personas. Nadia le preguntó quiénes eran.
    
    —Hay tres sirvientes, más yo misma, claro. Y sois tres parejas. Así que probablemente te usarán dos veces.
    
    —Enko no me ha dicho ...
    ... nada al respecto.
    
    —¿Quieres hablar con él?
    
    —No, me fío de lo que me dices pero… ¿me puedes explicar un poco lo que es el club?
    
    —Ya te lo imaginas. Los hombres intercambian sus mujeres, también son entrenadas o pasan aquí una temporada.
    
    —Yo no soy la mujer de Enko.
    
    —Pronto tendrás el chip programado. Es un primer paso. Y esto también es una buena señal. Si cumples tu parte, lo más probable es que puedas mantener una relación larga.
    
    Nadia no terminaba de creérselo. Emma se acordó de las plumas.
    
    —Otra sesión, Nadia. Y luego irás al salón para ser presentada.
    
    Le tocó el pecho. Nadia recordó que debía cerrar los ojos y llevar las manos detrás. Era enervante. La pluma llegó sin previo aviso y, sin embargo, tuvo el ánimo suficiente para aguantar el estímulo. Sudó un poco menos.
    
    —Ve a la ducha, antes que nada. ¿Te tocarás?
    
    —¡Por favor! Ya sé que no debo hacerlo.
    
    —Estaba bromeando. Vuelve rápido.
    
    Luego la llevó al salón. Nadia casi no pudo ver a las personas, su mirada por encima de ellos. Se quedó de pie, dónde la dejo Emma. Escuchaba a los hombres hablar. Las mujeres estaban arrodilladas delante de ellos, quietas y calladas. Tardaron varios minutos en referirse a ella.
    
    —¿Es tu nueva hembra, Enko?
    
    —Sí, un encanto de mujer. Aceptó cambiarse los pechos por mí. Y si consigue pasar el entrenamiento quizás lleguemos a más.
    
    —¿Y el triángulo de castidad?
    
    —Le gusta mucho tener orgasmos. Siempre está soñando con ello. Le activaré el chip en un ...
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