1. Amigo sin codigos


    Fecha: 11/02/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... petrificada mirándolo, se masturbaba una pija oscura y colorada, grande. Si bien no soy una experta he tenido tres novios antes de Javier y uno de ellos, Horacio, tenía algo similar, enorme, de esas que te llenan profundamente. Mi curiosidad por ver como se pajeaba era terrible pero mi vergüenza pudo más y volví al dormitorio alborotadisima a contarle a mi esposo.
    
    - No sabes! Pase por el estudio y Eduardo se está masturbando a full!
    
    - No te puedo creer! Que zarpado! La conversación siguió hasta que le conté que la tenía enorme. Javier me dijo que ya lo sabía y entonces yo comencé a matarlo a preguntas, finalmente y luego de muchas vueltas me confeso que en su adolescencia, ellos habían sido muy amigos y que habían comenzado a juntarse a escondidas a mirar revistas pornográficas y masturbarse. Yo no lo podía creer, le seguí preguntando, habida de información y me llego a contar que en la escuela lo llamaban burro por el tremendo pedazo que calzaba. Esa noche hicimos el amor como hacía tiempo no lo hacíamos y aunque intente evitarlo no pude evitar lanzar unos gemidos al acabar.
    
    Al otro día como todas las mañanas, bien temprano, Javier se fue a trabajar. Eduardo seguía en la cama pues su entrevista era más cerca del mediodía, igual que mi horario de trabajo. Estaba en la cocina preparando el desayuno cuando se levantó Eduardo e ingreso en la cocina, me saludo y se sentó en la mesa a mis espaldas. Me sentí muy incómoda pues sentía sus ojos recorriendo todo mi cuerpo. ...
    ... Hablamos del tiempo hasta que me pidió disculpas por lo de anoche. Yo intente hacerme la que no entendía, pero él me aclaro que se había dado cuenta que lo había descubierto masturbándose. En vano le dije que no. El siguió disculpándose diciendo que no podía evitarlo que desde su separación estaba muy caliente y más teniendo una mujer tan linda y fogosa como yo al lado. Le pedí que se ubicara y entendiera que estaba en la casa de su amigo hablando con su mujer. El me respondió que era natural que pasase eso, como era natural la cogida que nos habíamos pegado con Javier a la noche, que nos había escuchado y había tenido que hacer muchos esfuerzos para no entrar en nuestra habitación, que aun ahora por la mañana estaba muy caliente y acto seguido me mostro el bulto que le marcaba su pantalón. Le pedí que tuviera códigos y moral ya que yo era la esposa del amigo que lo estaba albergando y el como si tuviera razón me pidió que aunque sea lo dejara pajearse mirándome. Yo no podía dar crédito a lo que veía y escuchaba, bajo su pantalón y comenzó a masturbarse pidiéndome que le mostrara un poco de mi hermoso cuerpo mientras con la otra mano intentaba tocarme. A los gritos salí de la cocina diciéndole que iba a contarle todo a mi marido mientras evitaba mirar esa pija que me parecía más grande aun, que la noche anterior. Esa misma tarde le conté el episodio a mi marido, pero intente hacerlo menos brusco de lo que en realidad había sido no relatándole que había sacado su pija y me había ...
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