Amigo sin codigos
Fecha: 11/02/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... querido tocar. El me tranquilizo y me dijo que hablaría con Eduardo, que lo sabía muy calentón, pero que era un buen tipo y no le faltaría el respeto a un amigo. Termine enojándome con mi marido diciéndole que era un tarado, pero claro, no le había contado todos los hechos.
Esa noche Eduardo no volvió para cenar y llego a la hora de dormir. Mi esposo estuvo un rato hablando con él en el estudio y yo escuchaba en la sala como, en principio, los términos fueron enérgicos pero luego terminaron conversando como buenos amigos. Me fui a acostar y más tarde me levante para ver por que Javier no había vuelto a la cama. Me acerque al estudio, se escuchaba que los dos hablaban en vos baja. Estaban mirando videos pornográficos por internet y comentándolos como en los viejos tiempos. No lo podia creer, me quede espiándolos, se los notaba muy calientes a ambos por sus comentarios, en un momento hablaron de mí.
- Qué fuerte que está tu esposa, es una yegua, me puso a mil.
- Ya hablamos de eso, no te zarpes mi esposa es sagrada, no jodas.
- Pero mírame la pija, mira como me pone.
- Basta sigamos mirando estas minas del video y no hables mas así, el único que se va a coger a mi esposa soy yo entendes? La situación me calentó mucho yo era como el objeto de deseo de esos dos machos, subí al dormitorio para esperar a mi esposo y darle una cogida de campeonato, pero paso el tiempo y el no subió, finalmente me quede dormida. Para cuando me desperté, a media noche el dormía a mi ...
... lado. Intente motivarlo pero estaba completamente dormido, pensé que el muy boludo capaz se había pajeado con el amigo mirando esas películas y se estaba perdiendo este bomboncito en llamas.
A la mañana intente recuperar el sexo perdido de la noche anterior, pero nos levantamos muy tarde y Javier tuvo que salir disparado al trabajo.
Aun excitada me volví a dormir y comencé a tener un sueño terriblemente erótico, exitante, estaba por acabar cuando desperté y vi que a mi lado en la cama desnudo, pajeandose y tocándome estaba Eduardo. Si, así como les cuento. Lo que sentí no puedo describirlo con palabras, miedo, estupor, excitación locura, todo a la vez. El me pidió que no arruinase todo, que lo dejara seguir que los dos la estábamos pasando muy bien. Le grite si estaba loco, mientras intentaba taparme el cuerpo con mis manos. Me rogo que aunque sea lo dejara masturbarse mirándome, cosa que hacia mientras yo lo miraba congelada. Mis gritos e insultos se fueron apagando mientras el lentamente se pajeaba y me miraba.
- No tenes códigos, soy la esposa de tu amigo, hijo de puta.
- Me gustas demasiado mostrame un poquito las tetas dale, solo un poquito.
- No te das cuenta que él puede volver en cualquier momento y te va a matar?
- Con ese pitito que tiene no va matar a nadie sabes las veces que me pajeo en el colegio cuando éramos chicos?
- No seas zarpado. Y Javier no la tiene tan chica.
- Vos sos demasiado para él, te mereces una pija así. Dale dejame verte un ...