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Apuesta
Fecha: 12/02/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... nos paráramos ahí y que nos quitáramos las gabardinas. Al ver nuestras vestimentas las chicas nos dijeron "Bueno la pinta de Putas sí la tienen". Nos paramos donde dijeron ellas e inmediatamente se rieron y nos dijeron toda clase de improperios. Nos dijeron que no sólo era pararse en una esquina, que era necesario pararse con estilo en la que se resaltaran las piernas, las nalgas y los senos. Nos dieron indicaciones de cómo hacerlo. En eso tenían razón nuestros maridos, se requiere de cierto estilo. Al poco rato empezaron a llegar los clientes a pedir nuestros servicios, todas las cuales rechazamos. Al principio estábamos nerviosas pero poco a poco fuimos superando nuestras inhibiciones, al cabo era sólo un juego. Después de estar un rato así nos regresaríamos a la camioneta e iríamos a casa a celebrar nuestro triunfo. Al cabo de un rato de estar jugando a ser prostitutas llegó un carro nuevo de lujo con chofer y dos personas en la parte posterior. Se detuvo con la señora encargada del lugar. Intercambiaron de palabras. La encargada se acercó a nosotras. Ella nos dijo "Querían volverse Putas, ¿No? Pues ésta es su oportunidad. Los señores son gente fina que requiere de sus servicios" Nosotras no supimos qué responder, una cosa era jugar a ser prostituta y otra muy diferente serlo". La encargada le hizo señas al chofer del automóvil. Se acercó el auto hasta donde estábamos. Uno de los caballeros asomó por una de las ventanillas y nos pidió que nos subiéramos. Contestamos ...
... nerviosas que ni siquiera habían preguntado el precio. El caballero sonrió y contesto que no importaba cual fuera ya que lo valíamos y que íbamos a desquitar hasta el último centavo que cobráramos. Volteamos hacia la camioneta donde estaban nuestros maridos tratando de que se dieran cuenta de lo que estaba pasando pensando que seguramente vendrían, armarían un escándalo y nos rescatarían. Pero al voltear vimos que los muy cabrones de nuestros maridos se habían subido a la chica con la que estaban platicando y se la estaban agasajando sin importar que estábamos ahí. Esto nos enfureció. Mi amiga me dijo "Vamos súbete al carro". Yo contesté "Por supuesto". En el interior del auto aparte del chofer estaban dos señores de unos 55 o 60 años. Uno de ellos era alto, con mucha personalidad y de cuerpo atlético bastante bien para su edad. Al parecer en su juventud había sido un consumado atleta. El otro era más bien bajito pero también de cuerpo atlético aunque también un poco regordete pero con un carácter más fuerte que el primero. La ropa y los accesorios de ambos eran muy finos. La persona bajita ordenó al chofer se pusiera en marcha. Nos sentaron entre ambos señores. Al pasar de la puerta al asiento el señor alto nos agarró la entrepierna y las nalgas. Por instinto tratamos de quitar su mano. Él sólo dijo al otro hombre "Sí, son mujeres". Tan pronto como se alejó el auto de la zona se nos acercó un auto de color blanco con unas personas de aspecto rudo. Nos dio algo de miedo. ...