Secreto a cuatro voces 2: Las dos habitaciones
Fecha: 12/02/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Sirena y Triton, Fuente: CuentoRelatos
A pesar de la ansiedad, no pasaron ni una, ni dos semanas después del primer encuentro. Ambas parejas tuvieron que esperar un mes. Las complicaciones del día a día, el dinero y las posibilidades de tiempo, hicieron que no pudieran reunirse con anterioridad. Carolina y Tamy lograron concertar una segunda reunión al fin, con la esperanza de lograr igual o mayor intensidad.
Ya que la anterior experiencia entre los cuatro logró un gran impacto, la planificación de las féminas estuvo orientada a las mismas actividades: Compartir en un café, ir a bailar y posteriormente al Motel. Para comenzar, decidieron verse en el mismo Mall y a lo mejor, sólo cambiar el sitio en donde disfrutarían de una excelente merienda – cena.
Ambas parejas prepararon pequeñas maletas por separado, donde cada persona tenía su propio mini equipaje. Las damas con sus respectivos cambios de ropa, perfumes y algunas sorpresas, y los dos caballeros con ropa interior de repuesto, los preservativos y su colonia tradicional. Se vistieron y se dispusieron a dirigirse hacia el Mall.
Ya en sus respectivos vehículos y camino hacia la reunión, cada pareja mantenía curiosas e interesantes conversaciones. Carolina, en un tono reflexivo, nervioso y al mismo tiempo ansioso, le comentaba a Roberto: “Sabes mi vida, me siento rara. César no es ni de cerca mi tipo de hombre, pero siento que me estoy emperrando con la situación. Apenas me acuerdo de la vez pasada y me da de todo.”. Los dos rieron bastante, y como ...
... respuesta a aquella inquietud, comentaba Roberto: “Es normal belleza. La novedad y el estar con otra persona siempre van a ser excitantes. Aun cuando no lo lleves a cabo, siempre es una muy buena fantasía para cualquiera. Ahora imagínate para nosotros que ya lo hicimos con ellos”. Volvieron a reír y toda la conversación ayudó a que disminuyera la ansiedad y el nerviosismo.
Ya también en la vía, Tamy, frotándose las manos, pues las tenía bastantes frías, le decía a su esposo: “Me siento mucho más nerviosa que la primera vez. La vez pasada fantaseaba en secreto con la posibilidad de estar con Roberto, pero hoy sé que vamos a acostarnos y eso hace que me sude todo el cuerpo y siento las manos heladas”. César sonrió y con un tono mucho más pausado y suave que de costumbre, le dijo: “No creas que yo estoy totalmente calmado. Yo me quiero coger a Carolina muchísimo, pero no sé qué va a pasar en el hotel”. Y para terminar con un chiste, completó: “No sé si quiera, si el señor de abajo me vaya a funcionar como la vez pasada”. Los dos se rieron muchísimo, haciendo mofas del comentario hasta que llegaron al Mall.
Eran las 5:30 pm cuando se vieron en uno de los pasillos de aquel Centro Comercial, y después de unos minutos de deliberación, prefirieron repetir el lugar para comer, pues el Café del Brego realmente genera un ambiente muy agradable y relajante, necesarios para una situación como esta. Aun así, decidieron variar un tanto la dinámica, y esta vez, tanto Roberto como César, eran ...