Secreto a cuatro voces 2: Las dos habitaciones
Fecha: 12/02/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Sirena y Triton, Fuente: CuentoRelatos
... Extrañamente se sonrojó un poco, cuando se dio cuenta que él sólo tenía puestos unos bóxer y una franela.
Roberto le pidió que pasara y que se sentara donde quisiera. Tamy entró, y después de observar todo se sentó en una de las dos sillas frente a una pequeña mesa. El cuarto tenía espejos en paredes y techo, una cama enorme y una pequeña camilla que se asemeja a la de un ginecólogo. Además, contaba con una neverita y un jacuzzi cerca de la silla donde se había sentado. “Esta habitación está muy buena”, dijo Tamy con tono de satisfacción. Roberto sonrió, y cuando estaba a punto de hacerle un comentario a Carolina, se dio cuenta que esta ya estaba a punto de salir de la habitación. Con un vestido blanco bordado con pequeñas flores muy coloridas, de falda ancha y un tanto escotado en la espalda, estaba parada junto a la puerta. Y de golpe, con un tono bien decidido y que denotaba ansiedad, dijo: “Que se diviertan”. Tamy sólo sonrió, lo que dejó en evidencia que se habían puesto de acuerdo para esto.
A los pocos segundos, Carolina estaba tocando la puerta de la otra habitación. César abrió y no pudo disimular la cara de sorpresa y nerviosismo al verla parada en la puerta. Se quedó casi mudo, y apenas pudo decir: “Pasa”. Carolina entró, lo saludó con un beso en la mejilla y se dirigió directamente a un pequeño mueble que estaba en la pequeña sala del cuarto. Era una habitación un tanto más sencilla que la otra, pero tenía lo necesario: Una buena cama, el mueble especial ...
... para posiciones sexuales, el jacuzzi para dos personas, una pequeña nevera y todo estaba muy limpio. Inmediatamente, se dio cuenta que aunque había sido una sorpresa, ya César se estaba preparando. Sólo vestía un bóxer y una camisa sin abotonar y ya había destapado una cerveza. Era evidente que él pensaba que los cuatro se verían en esa habitación.
César preguntó: “¿Y Tamy?”. A lo que Carolina contestó: “Se quedó con Roberto en la otra habitación”. Ambos se miraron con mucha picardía, ya casi rayando en la lujuria. Ella se levantó y tomó una cerveza, la destapó y después del primer trago, se levantó la falda por un costado y mostrando una de sus nalgas le preguntó: “¿Cómo te parece que me queda este vestido?”. César sonriendo, le dijo: “Excelente. Provoca hacerte de todo”. Y esta, con mucha picardía preguntó: “Y, ¿qué te provoca hacerme primero?”. “De todo. Y por todos lados”, ratificó César.
Mirándose en los espejos del techo, Tamy veía como Roberto encima de ella le besaba el cuello e iba bajando poco a poco por todo su cuerpo. El hecho de verse en esa posición fue muy excitante. Cuando ya la boca de Roberto estaba cerca de la entrepierna, esta levantó un poco sus caderas y se subió un poco el corto vestido. Se le veía una pequeña panti animal print con toques dorados, una sorpresa que se había comprado para la ocasión.
Roberto separó un tanto la prenda y comenzó a pasar su lengua por la vagina de Tamy. Lo hacía con mucha suavidad. Había logrado cierta experticia en ...