1. Don Isauro un pervertido Tendero. Parte 11ª.


    Fecha: 16/02/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues

    ... cama, y la perrita se reculaba hacía el, en medio de sus piernas, y a la vez se volteaba a poner su nariz y hocico en el pene de Isauro, ¡qué no, ya te dije que no!, mañana salimos a ver que encontramos para ti, ¡yo no cojo perritas!, ¡a mí me gustan la vaginas de nenas y de mujeres!, cómo la panochota de tu ama, pero de tanto que la perra le olfateaba la bragueta de su calzón y se reculaba a él, sin querer una erección se hacía presente en esos momentos de calentura de ver a “selena” inquieta. Sin querer la cabeza de su pene se asomaba por la parte interna de una de sus piernas, y la perrita acelerada, se dio a pasar su hocico de nuevo sobre el calzón, mientras Isauro la detenía de su collar, pero la fuerza del cuello lo vencía, la perra golosamente lamía el glande de Isauro,! espera “selena”, espera!, ¡eso no se hace, espérate!, las palabras se iban alejando en segundos, ¡espérate “selenaa”, no!, pero la erección ya estaba presente, ya los “no”, se fueron convirtiendo, en gemigruñidos de él, ahhmmmrrrrrrr, ahhhhhmmmmggrr, hasta que logró controlarse de esa nuevas sensaciones de una lengua rasposa, ¡con qué quieres verga cabrona!, ¡pues verga tendrás!, espérate, la perrita ya suelta del collar, él jalo de su cómoda un paquete de condones y se colocó uno, la perrita seguía dándole lengua pero ya con profiláctico puesto, por inercia después de lamer el pene enfundado, él la ubicó encima de un buró ya que estaba a la altura, la perrita ni se movía, esperaba quieta, pero ...
    ... volteando a verlo, en ese momento se afianzó a su cadera con una mano y con la otra pasaba el glande entre la rajada de perra, el calor que emanaba era transmitido por el preservativo a su glande, que a esas alturas estaba inflamado, la perrita en el buró golpeaba con sus patas traseras la madera, ¡cómo bailando un zapateado o un flamenco!, mientras él ya punteaba esa entrada para él desconocida, ya ubicado el orificio fue empujando, pero no lograba penetrar nada, sólo se resbalaba, así que la sujeto por debajo de su panza con su brazo y la fue atrayendo y con la otra dirigiendo su mástil, en esa posición sentía que cedía a su paso la penetración, desapareciendo completo el glande en esa partecita inflamada de perra, otro empujoncito y la perra comenzó a aullar y así, el seguía entrando y la perra más aullaba, ya su pene ya alcanzaba casi la mitad dentro, salía sólo un poco y regresaba varías veces, la hembrita se dejaba hacer, y de momento se fue adentro con todo, la perrita nada más pegó un aullido fuerte, mientras él se quedaba quieto dentro de esa vagina que lo ahorcaba de una manera caliente, pasados unos minutos salía y entraba ya más rápido, obvio no tomaba la velocidad de un perro en la monta, pero sí eran entradas rápidas, la perrita no dejaba de aullar, pero ya más despacio, mientras él se quedaba quieto dentro, “selena” lo apretaba, lo tenía prensado del miembro, no duró mucho y una eyaculación llegó al profiláctico, se retiró de la perra, misma que de un salto se fue al ...