1. Con el vendedor...


    Fecha: 17/02/2018, Categorías: Gays Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... salía, que se le había roto el cierre del pantalón y me dijo que estaba tratando de arreglárselo. Yo le contesté que saliera que si quería una aguja el hilo para arreglarlo que se lo podía suministrar. Me lo agradeció abrió la puerta y apareció con el pantalón abierto y un pequeño color en las mejillas. Yo hice como si no me hubiera dado cuenta, fui a buscar las cosas nos dirigimos al comedor y para que se pudiera coser el mismo, le dije que porqué no se lo quitaba. Lo hizo. La sorpresa que tuve no la hubiera esperado! Cuando se sacó el pantalón, me encontré con uno de los bultos más grandes que había visto en mi vida! Estaba en calzoncillo de tela, esos que te cubren todo, llegan hasta casi las rodillas y no se puede ni siquiera adivinar que se esconde bajo ellos... Bueno, pues el bulto del vendedor, era tan grande que se imaginaba por el costado derecho del calzoncillo! Trató de enhebrar la aguja, pero se le cayó al piso. Me agaché para ayudarlo y me encontré con sus piernas abiertas debajo de la mesa. Por la pierna de la ropa interior, como era ancha, pude apreciar que tenía el glande de color amarronado y grande, me hubiera gustado quedarme ahí por horas, pero como no quería que se diera cuenta, encontré la aguja y cuando levanto la cabeza para entregársela, a propósito, le toqué la pierna con la cabeza. Me agradeció y trató en vano de enhebrar nuevamente la aguja pero no pudo. Se empezó a reir nervioso.- No puedo hacerlo - me dijo.- No hay problema, quieres descansar un ...
    ... rato? – le pregunté.- Me quedo acá un momento sentado y ya se me va a pasar – me contestó -Lo que pasa es que con todo el día dando vueltas por la calle y con el estómago vacío, si tomás algo de alcohol, te mata!- Quieres que comamos algo, llamamos a una pizzería para que nos traiga algo y ya está – le dije.- No por favor, no quiero m*****arte. Me recupero un poco y me voy.- No es m*****ia, además no tenía nada planeado para hoy a la noche y la compañía me va a hacer bien.- Si es así... – dijo dudando.Antes que se arrepintiera, llamé a una pizzería que quedaba cerca de casa. Mientras tanto conversamos de uno y mil temas distintos, se llamaba Diego, era una especie de “buscavidas”, cuando no le gustaba un trabajo, lo dejaba y como era muy culto y tenía mucha experiencia lo tomaban enseguida para cualquier cosa. Cuando llegó la pizza, yo comí dos porciones, porque en realidad mucho hambre no tenía, pero Diego, se comió las seis restantes con mucho apetito. Además, le gustaba tomar y seguimos tomando varias cervezas. Nuestras piernas, en varias oportunidades se habían chocado. Yo sin que él se diera cuenta, fui arrimando más mi silla a la suya. En un momento dado, nuestras rodillas se juntaron. No dijo nada y la dejó quieta. Su piel me erizaba, me gustaba su contacto. En un momento dado, me levanté y fui a calentar café, cuando volví con las dos tazas, corrí la silla y me abrí de piernas. Como el short de baño que llevaba puesto me quedaba algo chico y el elástico estaba roto, ...