BAR EDEN
Fecha: 17/02/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
BAR EDEN Caroline es delgada, demasiado delgada, alta, es la más extrovertida del grupo, es la de voz mandante, de fuerte carácter, es la primera que comúnmente es arrestada por la policía y la que no duda en agarrarse a golpes de puños con quien sea, es la que no reprime su lado masculino. Suele salir casi desnuda a la calle para buscar clientes, con apenas una colaless enterrada en su culo, usa el cabello lacio a media espalda, negro profundo, haciendo contrapunto con su piel blanca como leche, de ojos almendra, nariz pronunciada y labios carnosos y sensuales, pechos pequeños conseguidos a base de hormonas, adicta a los tatuajes y a los piercing, camina con la cadencia de una princesa, lástima que tiene la boca como una cloaca, mal hablada como pocas. Samanta es sin dudas la más mujer de las tres, la más femenina, casi histérica con su cuerpo, se pasa largas horas depilándose, llenándose de cremas, maquillándose, combinando ropas y llorando con las telenovelas. Se asume totalmente como mujer y aspira a ser actriz, sueña con salir algún día de esta mierda de la prostitución. Es morena pero se tiñe de rubio, tiene ojos negros pero usa lentes de contacto verdes, su rostro es delicado, sus modales aún más, de anchas caderas y hermosas piernas torneadas, tiene prótesis de normal tamaño que perfeccionan sus líneas, realmente es demasiado bonita. En algún balneario sus diminutos trajes de baños en su piel bronceada trajeron suspiros de hombres y envidias de mujeres, muchos no ...
... pueden creer que ella sea en realidad un hombre. Yo soy Denise, la tercera en discordia, uso el pelo bien cortito y pelirrojo para resaltar mi cara redonda, y mis ojazos azules, de mediana estatura, me considero muy linda, muy bonita, soy muy famosa entre las travestis del lugar, mi fama está en mi enorme verga de casi treinta centímetros, en mis seis centímetros de diámetro. Esto me ayuda puesto que me pagan muy bien por ella, los hombres suelen buscar una pija enorme para que los sodomice y no me puedo quejar de mis ingresos, al mismo tiempo no deja de ser una maldición porque a mí me enloquece tener una posición pasiva, me encanta que me la den por el culo y gozar como perra. Las tres somos más que amigas, como hermanas de la vida, solemos juntarnos en el bar Edén, un puterío que frecuentan gays y travestis y tipos que andan en busca de este tipo de mercadería, es nuestro lugar habitual de levante, el hombre que atiende la barra se llama Gregorio, un animal de casi de dos metros de altura, musculoso, de abdomen plano ancha espalda, de piel bronceada, ojos negros, achinados de mirada dura, cabello crespo y rostro angelical, las mujeres ‘se mean’ cuando lo ven, por su estampa, por su belleza masculina, pero lamentablemente para ellas es gay. Yo siento un enamoramiento especial hacia él, me excita, me deslumbra, es esa persona que no te deja dormir y te provoca suspiros sinfín… En Octubre pasado cumplí años, y esa noche fue una noche especial, recuerdo que hacía demasiado calor, ...