1. La viuda de mi tío


    Fecha: 19/02/2018, Categorías: Gays Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... coño... Acariciaba el clítoris con dos dedos, los metía dentro de la vagina, los sacaba mojados y volvía a acariciar el clit... En una de estas sacó los dedos mojados de flujo y se los llevó a la boca a su sobrino, Sindo, se los chupó. La viuda, le preguntó:
    
    -¿A qué te supo mi jugo?
    
    -A vicio.
    
    -¿Probaste muchos?
    
    -¿Me estás examinando, Carla? Si lo estás haciendo preferiría que no lo hicieras
    
    -Lo que prefieras me la suda. -se dio la vuelta- Cómeme el culo.
    
    Comiéndole el culo, Le dijo:
    
    -No basta con lamer y morder. Azótame.
    
    Sindo le tenía ganas por la prepotencia que había cogido. Le cayeron las del pulpo.
    
    -¡¡Plas pla, plas plas, plas plas plas plas, plas...¡¡
    
    Cando la Viuda ya tenía el culo rojo como un tomate maduro, y a Sindo le dolían las manos, se dio la vuelta, y le dijo:
    
    -Folla con tu polla mis sobacos.
    
    Sindo le metió la polla debajo del sobaco. La Viuda apretó con el brazo, y al follarle el sobaco, la mujer, comenzó a reír. Le hacía cosquillas.
    
    Le cogió la polla y le hizo una pequeña mamada, pequeña porque al rato estiró los brazos hacia la cabecera de la cama, y le dijo:
    
    -Lámeme los sobacos.
    
    Sindo solo le pudo lamer uno ya que aparecieron de nuevo las cosquillas. La Viuda, encogió los brazos y rompió a reír.
    
    Después se metió un cojín debajo de sus nalgas, y le dijo:
    
    -Vuelve a comer mi culo.
    
    Sindo metió su cabeza entre sus piernas. La cogió por la cintura y lamió su periné y su ano. Su coño, abierto y mojado, parecía ...
    ... una flor... Con sus labios abierto, rojos e hinchados, la flor se abría y se cerraba con dos dedos de la Viuda acariciando el clítoris. Gimiendo, dijo:
    
    -Me voy a correr. Mete tu lengua en mi coño y fóllame el culo.
    
    Le metió medio dedo pulgar en el culo y la lengua en el coño. Antes de un minuto ya le vino.
    
    -¡Me coooorro!
    
    Al correrse, el dedo pulgar se fue metiendo en su ano, que al cerrarse lo apretaba y parecía querer comerlo. Su coño apretaba y soltaba la lengua de Sindo. La Viuda gemía y se retorcía de placer.
    
    Cuando acabó de correrse lo besó por vez primera. Fue un beso sin lengua, cariñoso, pero era un beso que traía cola, ya que acto seguido subió encima de él, le cogió la polla y metió la cabeza dentro del coño. Follándole solo la cabeza, se agarró a los barrotes de la cama y le puso uno de los pezones en los labios. Sindo, abrió la boca.
    
    -Cierra la boca. Quiero pasar mis pezones por tus labios. Y no te muevas. Voy a follarte a mi aire.
    
    Sindo, sufría por no poder comerle las tetas y por no poder clavársela hasta el fondo. Sentía la corona de su polla entrar y salir del coño y se fue poniendo malo. Pensó que lo que la Viuda buscaba era hacer que se corriese para no pagarle. No le iba a dar esa satisfacción. Se puso a pensar en la Muda, una pelirroja, pecosa, más fea que el culo de un mono. La viuda, pasados unos minutos, le puso el coño en la boca, se lo frotó contra los labios, y le dijo:
    
    -Saca la lengua.
    
    Sacó la lengua, y la Viuda, al frotar ...
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