1. Mi primer salida a la calle como Paulina


    Fecha: 19/02/2018, Categorías: Microrelatos, Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos

    Hola! Espero les gusten mis relatos, en esta ocasión voy a contarles un hecho que sucedió cuando yo tenía 18 añitos, en esa época yo había terminado con un novio, y me había quedado muy triste, pues en mi cabeza circulaba la idea de que quizá yo no había sido hecha para el amor. Este relato es una más de mis vivencias reales, no le agrego ni le quitó nada y trato de escribirlo tal y como los recuerdos vienen a mi mente. Este relato tuvo lugar en la Ciudad de México por allá del año 2003, ojalá les guste.
    
    Recuerdo que era una noche fresca, de luna llena, una noche tranquila en esa colonia popular de la Ciudad de México en dónde vivía en casa de mis padres, yo era apenas una jovencita con las hormonas a flor de piel, 18 añitos si no me falla la memoria, lo que sí recuerdo bien es que mi gusto por vestir como una niña, llevaba ya muchos años, en ese lapso, yo había obtenido mucha experiencia y trucos para que mi arreglo fuera más femenino, ayudado también por la situación de tener un desbalance de hormonas que había provocado que apenas en mi reciente periodo de pubertad mi desarrollo fuera al revés que el resto de los muchachos de mi edad, (mi voz se afinó y era muy suavecita y delicada, al igual que mi piel y mis rasgos faciales, derivado de un sobrepeso que yo tuve en mi infancia, había padecido un severo caso de Ginecomastia en mi pubertad, por lo que yo había desarrollado unas pequeñas pero bien marcadas bubis, las aureolas de mis pezones eran casi del tamaño de mi ...
    ... puño, y no es que yo tenga un puño muy grande, sin embargo si eran por mucho más grandes que los pezones del resto de los chavos de mi edad, además cuando hacía frío, o cuando yo me excitaba mi pezón se endurecía y literalmente se me prendían las altas! Además de que se me ponían muy sensibles y el mismo roce con la tela de mis prendas me provocaba excitación, mi ya de por sí pequeño pene, se encogió más, al igual que mis diminutos huevitos, y ahora mis erecciones eran casi nulas, solo por mencionar algunos cambios) poco a poco me había hecho de un poco de ropa propia, nada envidiable lo acepto, muchísimas veces me conformaba con ponerme unas deliciosas pantimedias debajo de mi pantalón de niño, que excitante era sentir la suavidad de esa deliciosa prenda combinada con los nervios de ser descubierta.
    
    Todo lo tenía en una mochila bien escondida detrás de los cajones de mi ropero. Por aquella época había decidido que quería salir a la calle por primera vez vestida de niña, como en verdad me sentía por dentro, había planificado todo de acuerdo a mis posibilidades, lo haría de noche, casi de madrugada, pues necesitaba que todos en mi casa y en casas vecinas estuvieran dormidos o casi a punto de hacerlo, tendría que prepararme en un pequeño cuartito que estaba en el patio de la casa de mis padres o si corría con suerte y se quedaba abierta, podría utilizar la espaciosa camioneta familiar que estacionaban en este mismo patio para mi propósito, pero igual, tendría que hacer casi todo ...
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