1. Mi primer salida a la calle como Paulina


    Fecha: 19/02/2018, Categorías: Microrelatos, Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos

    ... hurgar entre sus piernas y encontraron lo que buscaban, mi amor tenía una soberbia erección que exigía ser atendida, y yo me moría por tener ese durísimo trozo de carne masculina en mi boca, por lo que lentamente me fui deslizando al piso hasta quedar arrodillada frente a él, y cuando comprendió lo que pretendía hacer, se acomodo en el asiento subiendo una de sus masculinas y peludas piernas a la banca, facilitándome mi tarea y entregándose por completo a mis femeninos deseos, yo recargue mi cara a su miembro por encima de su pantalón, sin apartar mis ojos de los suyos, que contemplaban atentos lo que yo hacía, mis traviesas manos se encargaron de desabrochar su cinturón, el botón de su pantalón y de bajarle el cierre, gracias a la experiencia que previamente ya tenía, sin mucho trabajo lo conseguí, metí mi mano por debajo de su bóxer y encontré lo que ansiosamente buscaba, liberé de su encierro a su durísima y grande verga y me quedé contemplándola, estaba brillosita porque estaba ya empapada en su delicioso líquido preseminal, totalmente erecta, palpitante, una prominente vena recorría toda su extensión desde la base y se perdía centímetros antes de llegar a su punta, acerqué mi cara a ese exquisito trozo de carne y con mi lengua comencé a recolectar todo el delicioso néctar que tan generosamente me regalaba, apenas mi lengua tocó su pene y un delicioso gemido de placer salió de su boca al tiempo que decía:
    
    A- Ay, Paulina, que rico mami, cómetela toda mi amor!
    
    Yo ...
    ... no planeaba hacerme del rogar así que abrí mi boca, pero cuando estaba a punto de metérmela a la boca me detuve y sólo le besé la puntita, sólo su “ojito” que no dejaba de obsequiarme tan delicioso néctar, el suspiraba e intentaba embestir mi boca, pero juguetonamente yo me resistía, tomé su pene en mi mano apenas la punta y comencé a masturbarlo al tiempo en que mi lengua comenzaba a lamer ese troco a todo lo largo, despacio, muy despacio, disfrutando cada centímetro por arriba y por abajo, el se levantó un poco del asiento y se bajó el pantalón, permitiéndome con esto poder lamer también sus huevotes, la verdad me parecieron enormes, delicadamente besé primero uno y luego el otro mientras que, ahora a 2 manos, masturbaba su inmensa vergota, mis labios no dejaban de besar su riquísimo par de huevos, que me tenían como loca, pues parecían como de un toro, hasta que él me tomó la cabeza guiándome para que me dedicara nuevamente a mamar su gordo atributo masculino, entendiendo sus deseos y sin dejar de masturbarlo juntando un poco más mis manos, dejé libre toda la cabezota para que mis labios le continuarán brindando mis mejores chupetones, esto lo enloqueció, comenzó a embestir mi boca obligándome a tragar cada vez más y más su larga y erecta verga, retiré una de mis manos y con la otra le sujetaba firmemente la base mientras mi boca se atragantaba con lo demás, yo succionaba y succionaba a cada embestida, tratando de apretar su pene entre mi lengua y el paladar para darle el ...
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