Mi novia es experta en mamarlo
Fecha: 20/02/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... charlábamos.
Aclaro que ese día no estábamos teniendo sexo sino sólo conversando, ya que mi familia estaba viendo televisión en el piso de abajo después de almorzar. A ella se le iluminaron los ojos. Y me dijo que aunque lo había pensado no podía decirme porque no lo había hecho aún. Yo le dije que la próxima vez que lo hiciéramos podía ser una buena posibilidad para que lo intentáramos y ella comenzó a besarme y a acariciarme.
Sus besos eran muy sugerentes y su lengua empujaba con fuerza contra mi paladar y mi lengua. Sus labios succionaban con fuerza y su saliva humedecía más y más mi boca. Con una mano ella acariciaba mis tetillas mientras que con la otra llevó mi mano hasta sus tetas y me hizo acariciarla por fuera del brasier, situación que no duró mucho pues, muy excitado, rápidamente empecé a meter mis dedos ya a pellizcar sus pezones, que estaban ya muy duros.
Con la otra mano mientras tanto yo le acariciaba las nalgas y la vulva por encima del pantalón. Pronto ella bajó la cremallera de mi pantalón y empezó a menear mi pene, cogiéndolo por sobre los calzoncillos, yo sentía que estaba duro y humedecido. Deseaba que nos desnudáramos e hiciéramos el amor. Pero ella no opinaba lo mismo, al momento me quito el cinturón y desapuntó el pantalón, luego lo bajó un poco y comenzó a lamer el pene y a humedecerlo con su saliva.
Primero lo hizo en la parte de abajo, junto al escroto, con mucha suavidad lo recorría de abajo a arriba, deteniéndose placenteramente en ...
... el surco que separa el tronco del pene con su cabeza. Luego empezó a concentrarse sólo en la cabeza, que estaba hinchada y roja como nunca, lamiéndola y succionándola con sus labios. La sensación era irresistible creía que iba a reventar.
Mientras tanto mi mano había llegado hasta su vulva, con la parte del antebrazo frotaba sus vellitos mientras mis dedos acariciaban su clítoris que se sentía completamente empapado. Pero al parecer ella tenía la intención de concentrarse sólo en mí y me hizo sacar las manos. Yo solamente atiné a acariciar su cabello y me dediqué a disfrutar.
Ella había comenzado a morder mi pene suavemente, sus dientes se hincaban sobre la piel de mi miembro y me hacían estremecer, cuando ella lo notaba optaba por lamer nuevamente.
Cuando creyó que era suficiente se concentró en mis bolas. Empezó a meneándolas con la mano y luego lamiéndolas mientras con su otra mano me masturbaba con firmeza y apretando la verga. Un poco después le dije que estaba a punto de derramarme y ella suspendió sus movimientos, quería que durara un poco más.
Cuando volvió a iniciar sentí que me moría, las sensaciones eran de lo más fuerte y ella se esforzaba en hacerme sentir lo mejor. Fue cuando decidió hacer los movimientos de una penetración, moviendo su cuello hizo que mi órgano entrara y saliera de su boca, sus labios apretaban firmemente y con la mano se ayudaba para que mi prepucio no cubriera el glande y permaneciera expuesto e hinchado. Con su lengua no perdía ...