1. Mi cumpleaños


    Fecha: 20/02/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Sandra me llevó a Barcelona. Llegamos a un edificio de viviendas normal y corriente y ella, sin dudarlo un solo momento, se metió en la entrada del parking, abrió la ventanilla y tecleó un código. Tras unos segundos de espera, la puerta se abrió y entramos. Ella fue buscando algo muy concreto.
    
    - ¿A donde me llevas? Pregunté.
    
    - Shhhhhhh, fue la única respuesta que obtuve.
    
    Sandra aparcó en una plaza en la que había una raya azul en la pared. Bajó del coche y se fue al maletero del cual sacó una maleta pequeña, la que usaba para coger el avión.
    
    - ¿Y eso? Pregunté.
    
    - Shhhhhh.
    
    Y siguió hacía el ascensor.
    
    Subimos a la cuarta planta, y fuimos hacía la puerta que llevaba el número 4. Ella tocó el timbre. Al instante salió una mujer de edad media que nos saludo.
    
    - Buenas tardes, soy Verónica.
    
    - Buenas tardes, soy Sandra, hablamos por teléfono el otro día.
    
    - ¿Qué tal estáis? ¿Fue fácil encontrar el aparcamiento?
    
    - Sí, sí, no hay ningún problema, contestó Sandra.
    
    Verónica nos hizo entrar y nos enseño el piso. Estaba amueblado con gusto, aunque un poco cargado para mi gusto. Había una entrada que daba a una pequeñísima cocina, un baño pequeño y después se pasaba a la habitación principal del piso. No era el comedor o el salón, era un dormitorio con una cama enorme en el centro. Quedaba claro que era un piso que se podía alquilar por horas para las parejas que necesitaban un sitio discreto para pasar un rato a solas. Después pasamos al baño principal ...
    ... con una bañera con hidromasaje lo suficientemente grande como para que cupiesen dos personas y una ducha también con hidromasaje de tamaño doble.
    
    Estaba amueblado y equipado de forma perfecta para lo que servía…
    
    Verónica empezó:
    
    - Bueno para lo demás…
    
    Sandra la cortó de inmediato y se la llevó para la cocina, dejándome solo. Me senté en la cama. Pude ver como Sandra sacaba dinero y se lo entregaba a Verónica. Se saludaron y esta última se fue.
    
    - ¡Qué pillína eres! Le dije.
    
    - Shhhhhhhhh, fue, otra vez la respuesta que obtuve.
    
    - No te muevas de aquí, vuelvo en un momento, prosiguió ella.
    
    Sandra pasó al baño con su maletita y cerró la puerta.
    
    Mientras Sandra hacía lo que fuese que estuviese haciendo, miré la decoración del dormitorio. Lo único que me llamó la atención fue una silla de madera en un rincón. Había unos sillones, una cama, un par de sillas forradas con tela y lo único que no parecía cómodo era esa silla…
    
    No tuve tiempo para pensarlo más detenidamente porque Sandra volvió a entrar.
    
    Me la quedé mirando, impresionado por su apariencia. Llevaba una minifalda negra muy ajustada y muy corta. Parecía como de cuero o de látex, no podía ver lo que era exactamente. También llevaba una blusa blanca muy fina y transparente que dejaba ver el sujetador negro que llevaba debajo. Los primeros botones de la blusa no estaban abrochados lo que le hacía un escote vertiginoso. En los pies, llevaba unos zapatillos tacones altos, finos y plateados. Iba un ...
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