1. Apocalipsis


    Fecha: 21/02/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: CaballeroGris, Fuente: xHamster

    ... fuerza, a lo que ella respondía con pequeños gemiditos en los que no cesaba de morderse la lengua. Sin duda reprimía un gimoteo mayor, algo que Jaime lamentó.Se sentía extrañamente excitado, era su madre pero en ningún momento la veía como tal, era la única mujer, y persona, que veía desde hace meses. Sentía como si fuera natural que hicieran eso y el tiempo esperado para que ocurriese hubiese estado marcado por una fuerza superior, como bien creía su madre.“mamá estoy acabando”.Lo dijo entre quejidos y suspiros que intentaban controlar la situación.“Acaba dentro de tu hembra, tu sirvienta, la borrega de Dios”.Seguía sin mirarlo, sintió una ráfaga de tristeza por su enfermiza mente creyente.Al correrse la dejó clavada dentro y le agarró mitad muslos mitad nalgas. Sintió como salía cada mililitro de semen, como conectando una manguera con el depósito de un coche. Dejó dentro hasta la última gota.Al acabar se tumbó sin decir nada. Ella se levantó, se vistió, se colgó el crucifijo y se fue en silencio. En la puerta se giró.“Duerme mi hijo. Esta noche vigilo yo. Te vendrá bien descansar una noche, debes estar bien para defender nuestro hogar”.El canto de los pájaros lo despertó. Al sentarse en la cama se percató que esos pájaros estaban en sus sueños, desde el suceso no recordaba haber visto ninguno. Extrañamente tampoco los había visto muertos, es como si hubieran desaparecido de la faz de la tierra.El Sol estaba lo suficientemente alto, analizándolo por la pequeña sombra que ...
    ... se colaba entre las maderas de las ventanas de su habitación, como para saber que habría dormido unas nueve horas seguidas. Hacía mucho tiempo que no descansaba tan bien, tan relajado.Relajado.De repente le vino a la mente lo ocurrido la noche anterior. Los caminantes, la huída a través del bosque, la emboscada para matarlos uno a uno, el entierro del ciervo medio devorado, las heridas, su madre curándolas, su madre mamándosela, su madre abierta de piernas esperándole, él follando, él sintiendo el calor de una mujer meses después, ella sin mirarle, él corriéndose dentro, el sentimiento de culpa de ella.Lo siguiente que recuerda es quedar sumergido en un sueño placentero, cálido y necesario.Bajó las escaleras con cuidado, arma en mano, como solía cada vez que bajaba de dormir. La casa estaba vacía. Miró alrededor por cada tabla, ni rastro de su madre. Con cuidado salió y se encaminó al huerto, allí estaba. Agachada de espaldas, recogiendo cebollas. Vestía uno de sus clásicos vestidos, se quedó admirando sus nalgas y anchas caderas. Una figura femenina, con la enigmática voluptuosidad madura que nunca supo apreciar en ella; y ahora empezaba a hacerlo obligado por las circunstancias.Ella se levantó y giró, se miraron. Llevaba una cesta con dos cebollas y pimientos, listos para improvisar algo en el almuerzo. Ella le miró sonriente.“Me alegra que hayas descansado, hijo. Mamá preparará algo de comer. Sin novedades en toda la mañana, he estado vigilante a medida que iba limpiando la ...
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