La psicóloga (1-2)
Fecha: 23/02/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos
... incontrolablemente, hacía mucho frio esa noche, como ahora. –Me decía, mientras también, comenzaba a temblar frente a mí. –Pero principalmente temblaba de miedo, ansiedad, temor de que mi familia se enterará que estaba fuera de mi habitación a esas horas de la noche y no tener excusa alguna, o de ser descubierta por los vecinos alrededor de mi casa. Pero esta última idea, también trajo consigo un nuevo sentimiento, por motivos que no comprendo, quería que sucediera.
Seguí observando. Mi vecina caminaba arreglando su ropa y otras cosas. En un momento se paró frente a la ventana y miró de una forma sospechosa, como cuando alguien está a punto de hacer algo y no quiere ser descubierto. Mi corazón bombeaba enérgico y rápidamente, podía escucharlo resonando sonoro en todo el cuerpo, golpeando fuertemente al interior de mi tórax. Y entonces, frente a mis ojos, mi vecina comenzó a desabotonarse la blusa. Sabiendo lo que estaba por venir, no pude resistirme y comencé a tocarme de nuevo.
Fue en ese momento cuando inició todo. Debía protegerme, esconderme de las posibles miradas alrededor, pero no quise hacerlo, me gustaba creer que alguien pudiese estarme viendo. Y ahí mientras espiaba a mis vecinos con la fantasía de que alguien pudiese hacer lo mismo con migo, su esposo entro a la habitación. Mi vecina ya se quitaba su blusa, más tarde su pantalón de vestir, y por último se desabrocho su sostén, y cuando se lo dejó caer enfrente de la ventana, pude ver su par de senos ...
... claramente.
Muchas cosas pasaron y cambiaron en mí ese día, podía ver a mi vecino haciendo lo mismo a un lado suyo, pero no quise, simplemente no pude dejar de verla a ella. Nunca había visto a otra mujer desnuda que no fuese yo. Ella goza de una figura envidiable, como usted, y además mirarla sin ropa simplemente era demasiado.
-Me decía, sudando ya de la ansiedad que le producía relatarme sus aventuras de exhibicionismo. A decir verdad yo estaba igual, sudaba y de cuanto en cuanto me llegaban una serie de escalofríos que me dejaban temblando con los nervios de punta. Ya era una agonía el escucharla y mantener mi cara relajada y tranquila, pero también era una adicción que necesitaba satisfacerse. Escuchando cómo poco a poco se entre cortaba su voz, cómo le temblaban sus piernas y le sudaban las manos al llegar al borde de la excitación platicando sus experiencias y sensaciones. Miraba.
-Voltee por un momento a mis al redores, no por miedo, sino por curiosidad. Todas las ventanas estaban cerradas y con sus luces apagadas, solo un par aun tenían luz, pero estaban muy lejos. Aun así fue suficiente para fantasear con la idea de que alguien pudiese estar viendo tras las cortinas como a mí me gustaba hacerlo. Entonces regrese la vista a la ventana de mis vecinos, miré a mi vecina ya con su bata de noche, y tal como el fin de una obra de teatro, se cerró el telón y apagaron las luces.
Por supuesto permanecí firme en mi puesto, pero dentro sabía que ya no pasaría nada. Debía ...