La psicóloga (1-2)
Fecha: 23/02/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos
... partes más excitantes; como cuando miró a su vecina desnudarse, o cuando ella misma lo hiso en su tejado. Entonces miré la ventana del consultorio, nunca la habría, siempre estaba cerrada, pero antes de que pudiese ser consciente de mis movimientos me acerque para abrirla.
Al recorrer las persianas vi el resto de edificios, los autos pasando debajo y el silencio que me describía mi paciente, pero no fue suficiente, quería sumergirme por completo en su fantasía, así que abrí la ventana corrediza que se encontraba ya muy dura por la falta de uso. Solo logré abrirla a la mitad, pero fue suficiente para dejar entrar el frío de la noche que me congelaba el rostro de inmediato junto con toda la piel de mi cuerpo que no estuviese abrigada. El sonido se abrió como al sacarse los audífonos de los oídos, pero aun así, al mismo tiempo estaba en completo silencio. Entonces comprendí la sensación que describía; el congelante abrazo del frio en mi cuerpo, y de pronto, me llegó la idea. Pensé y trate de imaginar cómo se sentiría esa misma sensación en todo mi cuerpo.
No podía creer que tan solo lo estuviese contemplando, pero la idea me tenía capturada y cautivada, simplemente no podía controlar lo que hacía mi cuerpo y comencé a desabotonarme la blusa frente a la ventana. Y sí, el frío viento entraba despiadado por cada apertura de los botones que separaba uno a uno. Sentía ya mis pezones completamente erectos, pero al quitarme la blusa, pude sentir como mis senos se ponían duros ...
... al congelarse.
Era extraño, el frío era insoportable, pero algo me mantenía firme al pie de aquella experiencia, estaba tan excitada que la fría sensación se convertía en un fuerte deseo por tocarme y satisfacer mi cuerpo.
Miraba por la ventana aun temerosa de ser descubierta, inexperta, cauta, nerviosa e ingenua. Haciéndome con un poco de valor, me dejé sumergir en el recuerdo, en el ambiente de la noche, cobijarme por el frío que me abrazaba con sus ventosos brazos por todo mi cuerpo. Los autos pasaban debajo del edificio de mi consultorio, al frente las luces se encendían y apagaban en las diferentes ventanas de las edificaciones comerciales a mí alrededor, y el completo silencio de la oscura noche. Entonces me desabotoné el pantalón, deslicé la cremallera del mismo y retomé la vista al paisaje urbano de la calle, caminé alrededor de mi consultorio sin mirar a otro lado dejando que mi vestimenta se resbalase por mis piernas hasta mis tacones altos por sí sola.
Las piernas se me congelaron, pero la sensación era fantástica, me toqué por encima de mis bragas y de inmediato un espasmo recorrió todo mi cuerpo. Recogí mi pantalón y mi blusa del suelo, lo doble y con toda tranquilidad lo acomodé en mi escritorio. Regresé a la ventana y temblando de nervios, de frío y de excitación, me desabroché mi sujetador lentamente. Me saqué los tirantes y dudando un poco me armé de valor y lo dejé caer al suelo liberando mis senos que brotaban firmes, fríos y duros cual montañas ...