1. Mi prima y yo


    Fecha: 23/02/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola, en mi familia existen muchas mujeres hermosas por no decir que todas, yo siempre pasaba fiestas navideñas con ellos y junto a mi creció mi prima Isabel, yo tenia 17 años y ella 13, era muy bonita aunque me disgustaba ciertos comportamientos suyos, ya que siempre se las ingeniaba para que todos la consintieran, la cargaran en los brazos y la mimaran, ella me miraba pretendiendo darme a entender que era capaz de generar esas situaciones en mis tíos y tías, Isabel desde niña era de cabello largo, negro, liso, con piel blanca y suave, su rostro siempre fue angelical, con ojos cafés oscuros, a sus trece años se le empezaron anotar los senos, no eran muy grandes pero eran muy notorios y ya alcanzaban a levantarle las blusas, sus caderas se empezaron a anchar y sus piernas tomaban unas curvas muy definidas, yo desde pequeño fui mas bien feo, delgado, procuraba el cabello bajito pero me fascinaba correr, el atletismo me despertó muchas emociones, asi que mi condición física siempre fue muy buena y atlética; ella siempre fue para mi la prima malcriada y llorona hasta ese diciembre, cuando el corazón, la juventud y la curiosidad nos cacheteo y nos llevo a vivir la experiencia mas relevante y romántica de nuestras vidas, en ese diciembre yo llegue a la finca de mis abuelos primero que ella, luego dos días después llegó y consigo la alegría de recibir ropa y zapatos pues mi tía, su madre era la que nos obsequiaba ropa y esas cosas, la vi grande, joven, señorita y al saludarme me ...
    ... impregnó de ese almisque que tienen las mujeres espectaculares, yo quede idiotizado y despertó en mi un interés y un apego a ella que al principio no fue correspondido, pues me daba la espalda, me resultaba muy trabajoso obtener la atención suya lo cual me llenaba de motivos para lograrlo…….una noche me dijo: primo mañana en la mañana me puedes llevar a trotar contigo? Claro, solo que estoy yendo mas lejos que antes. No importa quiero trotar un rato y tomar algunas fotografías por el camino. En ese momento pensé en hacer las cosas bien y le pedí permiso a mi tía para llevarla al día siguiente a trotar conmigo, mi tía no reparó y aprobó el hecho sabiendo que yo era grandecito y podía cuidar de mi primita muy bien, esa noche mi cabeza dio vueltas, pensando una y otra vez como seria aquella caminata con mi prima, la chica que me estaba robando inexplicablemente el aliento, el pensamiento y a veces sus recuerdos me generaban erecciones, al día siguiente me levante a las cinco de la mañana, me vestí y Salí al porche de la casa, no la vi y pensé que se arrepentiría y decidió seguir bajo las cobijas y los brazos de mi tía, me recogí para amarrarme los zapatos y sentí su dulce voz matutina por detrás que me decía: buen día primito. Me sentí en las nubes, volví a ser idiota, me sentí cálido y a la vez frio, me puse de pie para salude y note en su cara algo de satisfacción, de acogida, de regocijo, nos fuimos caminando suave hasta una cima donde se veía muy bien el sol y el rio, hablamos ...
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