1. Cuando nos conocimos


    Fecha: 25/02/2018, Categorías: Gays Autor: DolceCaroline_, Fuente: CuentoRelatos

    ... las preguntas típicas: ¿Qué has hecho estos años? ¿Dónde vives? ¿Tienes novia?
    
    Ese día sobre las 00h me dijo que había pasado el día en Denia y no tardaría en acostarse, cuando leí esas letras impresas en la pantalla de mi teléfono, mi mundo se detuvo por unos instantes. Reflexioné durante unos segundos y le respondí solicitándole la dirección de su casa, mi noche iba a dar un giro de 180 grados.
    
    Martín accedió velozmente, de hecho, me dijo que tenía dos botellas de vino muy fresco en la nevera. Me gustó la idea de embriagarnos para causarnos algún tipo de enajenación y así romper el hielo –aunque este terminaría rompiéndose en su pene dirigido por mi lengua.
    
    Por el camino, hablaba conmigo misma constantemente: ¿Qué hago? ¿Pero dónde voy? ¿Qué interés tengo en este hombre? Bueno te tomas el vino y te vas a casa. Me respondía mi conciencia.
    
    Todavía no había pedido las lentillas, pero no quería que Martín me viera con gafas y la que no me veía mientras conducía era yo. Él estaba en la puerta de su casa esperándome con dos copas y no me di ni cuenta, pasé de largo. Me escribió inmediatamente diciéndome que él había cambiado algo físicamente, pero no tanto para no reconocerle, que me pusiera las gafas y volviera a la calle por la que había pasado.
    
    ¡Ufff qué vergüenza estaré cegata! Pensé. Pero un momento, si sabía que utilizo gafas es porque había investigado mis fotos de Facebook más antiguas, por tanto, le interesaba mi persona. Mi positivismo se volvió a ...
    ... retroalimentar.
    
    Aparqué cerca de su casa y le sorprendí por la calle de atrás. Me recibió con una sonrisa preciosa mostrándome sus dientes perfectamente alineados y blancos, lo primero que me dijo es que estaba súper guapa, le di dos besos y me invitó a pasar.
    
    Nos actualizamos, recordamos tiempos pasados, reímos, se notaba que estábamos conectando, pero no era una conexión cualquiera, sino una capaz de hacer saltar las alarmas de cualquier corazón oxidado. Nos terminamos la segunda botella de vino y se levantó del sofá para sacar el ron con coca cola y los famosos cubitos, le puse la zancadilla para que tropezase y terminase entre mis brazos. Conseguido.
    
    Apoyó sus manos en los reposabrazos del sillón para no caer íntegramente encima de mí, sonrió y acercó sus labios junto a los míos. Se le aceleró el pulso de puro deseo desde el mismo momento en que le miré con mis ojos grandes y expresivos, nuestras lenguas nerviosas, inquietas y excitadas empezaron a codearse, yo estaba inmóvil, Martín acaparaba todo mi espacio. Prometo que no esperaba terminar penetrada, solo quería una primera toma de contacto.
    
    Disfrazado el deseo en forma de lista de reproducción musical de Karen Souza se apoderó de nosotros, todavía no lo sabíamos, pero íbamos a ser adictos a nuestros cuerpos desnudos. No tardó más de cinco minutos en quitarme mi precioso vestido mostaza, sin dejar de besarme, nuestra temperatura corporal aumentaba cada segundo más.
    
    Su postura debía de ser bastante incómoda, yo ...
«1234...»