1. Cuando nos conocimos


    Fecha: 25/02/2018, Categorías: Gays Autor: DolceCaroline_, Fuente: CuentoRelatos

    ... excitado. Me levantó del suelo para colocarme encima de la mesa camilla y proceder a succionarme toda mi esencia, su lengua estaba dentro de mí recorriendo lo más hondo de mi vagina, aquello era más que perfecto, sublime, se escapaba de los límites de la racionalidad.
    
    Ambos necesitábamos penetración, que nuestras partes íntimas se conocieran y de paso se saludaran. Martín bebió parte de la copa y el resto me la ofreció a mí, tal cual me la terminé recogió mi cuerpo desnudo de la mesa y me llevó en brazos a su habitación.
    
    Nuestras lenguas continuaban bailando, nos acomodamos mirando nuestros cuerpos, Martín elevó mis piernas y las juntó, como buen soldado listo, rompió filas. Sentí como introdujo cada centímetro viril, mi vagina estaba muy dilatada y su pene muy duro. Esa manera intensa y frenética de hacer el amor solo podía considerarse follar. De repente me puso hacia un lado, le gustaba tener el mando, yo le dejé que trabajara ya que ofrecía tanto interés, solo disfrutaba de aquella velada. Su miembro salía, entraba, salía, entraba, salía, Martín sudaba muchísimo, yo estaba súper mojada por mis propios flujos, la bebida y el sudor de ambos.
    
    Me levantó de la cama y me empotró contra el armario, nos miramos en el espejo mientras me embestía como una bestia indomable, un bárbaro, un vikingo. Posaba las manos sobre mi culo carnoso para introducirse dentro de mí, más, más, fuertemente, yo no perdía detalle de la escena en el espejo, pero no me gustaba demasiado esa ...
    ... posición porque no me permitía tocarle y yo iba muy ciega, por lo que necesitaba tocar su cuerpo fingiendo que estaba escrito en braille; Esa situación me excitaba, aunque no quería correrme así.
    
    Logré salir de su cuerpo y le empujé hacia la cama dándole tres golpes en el pecho, cayó en el colchón desplomado, como si fuera un bloque, yo me tumbé encima de él, le agarré por el cuello introduciéndome su verga con intensidad, rocé la posible introducción de sus testículos. Estaba tan cachonda que con pocos movimientos iba a llegar al orgasmo. Dentro, fuera, dentro, fuera, le miré fijamente, exhalé, gemí y noté como mi excitación se convertía en líquido ligero. Me encantó mirarle mientras mi vagina manifestaba su felicidad.
    
    Martín seguía excitado, su piel se estaba erizando, no iba a tardar en reventar. Alejé mi cuerpo de él y atrapé su pene fuertemente para masturbarle, a la vez apoyé mis labios y entretuve a mi lengua con su frenillo, Martín no paraba de gemir, yo me retiré hacia atrás, él esparció una cantidad considerable de semen denso y ardiente sobre mis pechos, yo me lo restregué como si fuera jabón.
    
    Permanecimos inmóviles el uno al lado del otro, yo cogí un poco del semen de mis senos y moví mis dedos lentamente sobre él orientando esa especie de crema. Martín sonreía, parecía tranquilo y feliz le debí transmitir ternura y dulzura. Su débil respiración era lo único que podía percibir mientras tocaba su espalda con la yema de mis dedos.
    
    Mantuvimos este ambiente ...