1. Los amigos de mi mujer (2) Carlo


    Fecha: 26/02/2018, Categorías: Intercambios Autor: komo, Fuente: CuentoRelatos

    ... detalle, como si fuera un voyeur. Disfrutaba doblemente, por mí, y por Marta.
    
    Carlo humedeció su glande con su propia saliva, y lo hundió en lo más profundo del coño de Marta, comenzando el vaivén de caderas. La cama se mecía como una atracción de feria. Carlo y Nani sincronizaron sus movimientos, de forma que ambos se encontraban sobre nuestras caras a cada vaivén, besándose en la boca. A cada poco, se detenían en lo alto, y se morreaban, metiéndose las lenguas mutuamente, para de seguido, agacharse sobre nosotros, y hacer lo mismo en nuestras bocas.
    
    Nos levantaron, y Marta y Nani, se colocaron a cuatro patas, de forma que se comían la boca mutuamente. Carlo tomó a Marta por las caderas, y, sin dudarlo demasiado, apuntó a la vagina con la punta de su grueso cipote. Me miró, como si dijera…
    
    - ¿A qué esperas?... ¡Fóllatela!
    
    Y yo, no me hice esperar. Mojé mi glande con saliva, y, suavemente, pero con decisión, lo hundí hasta lo más profundo del coño de Nani, comenzando a bombear con deleite. Carlo hacía lo mismo, así que, las dos mujeres, jadeaban al unísono, y sólo se detenían para comerse la lengua mutuamente.
    
    Carlo estaba follando el coño de Marta, pero, a la vez, tenía un dedo introducido por el culo. Cuando lo sacó, Marta adivinó las intenciones de Carlo, y exclamó:
    
    -¡Carlo, con cuidado, por favor…!
    
    Entonces caí en la cuenta de que Carlo, iba a estrenar el culazo de Marta. Aquel culazo, que por culpa de los prejuicios y la falsa moralidad, yo, nunca ...
    ... había ultrajado… pero... ¿de verdad sería ese culo virgen? Me desengañé cuando a Marta se le escapó:
    
    -¡Despacio, Carlo... hace tanto tiempo…!
    
    Por los gemidos de Marta, supe que Carlo ya había tomado posesión de su culo, pues primero fueron unos gemidos lastimeros, y después fueron transformándose paulatinamente, en gemidos placenteros. Carlo también resoplaba con placer. Acompañaba cada pistonada con un quejido, como si estuviera jugando un partido de tenis, y Marta le daba la réplica, como si devolviera la pelota en el dichoso partido.
    
    Desde luego, una cosa me quedó clara. Según se estaba desarrollando el "juego"... éste no era precisamente el "partido inaugural"…
    
    Llegado a las puertas del paraíso, Carlo se tensó, echó la cabeza hacia atrás, y apresó con fuerza las caderas de Marta, y exhaló un grito contenido. Ésta apretó los músculos haciendo presa del cipote de Carlo, que, sin poder aguantar más, entregó su preciada carga de semen en varios espasmos, acompañados de auténticos aullidos de placer de los dos…
    
    Se dejaron caer sobre la cama, respirando agitadamente. Carlo besó a Marta delicadamente, agradecido por el mucho placer recibido…
    
    La escena de Marta, corriéndose con el culo, me impactó. Yo jamás habría sospechado que Marta fuera capaz de correrse así, y esto incrementó varios grados el morbo que me estaba embargando.
    
    No me quedaba otra, que vengarme en el culito de Nani... pero, desde luego, éste no era virgen, pues, una vez pasado el relajado ...
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