Los amigos de mi mujer (2) Carlo
Fecha: 26/02/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: komo, Fuente: CuentoRelatos
... esfínter, mi pene se coló hasta lo más hondo, hasta que mis testículos golpearon sus cachetes. Era una experta en este juego, pues manejaba con suma habilidad sus músculos perianales, que me abrazaban y me succionaban, como si se tratara de una boquita. Nunca había follado un culo, pero, en ese momento, decidí que no perdería ninguna oportunidad de hacerlo.
Tal era el placer que sentía, que, sin poder evitarlo, mi pene se hinchó hasta que explotó en un copioso orgasmo, que dejó tal carga de semen dentro de Nani, que debió sentirse absolutamente "llena de felicidad".
Caímos sobre la cama extenuados, y nos acomodamos junto a Marta y Carlo. Nani se abrazó a Marta, juntando sus cuerpos sudorosos, y besando sus bocas.
Después de relajarnos, Carlo sacó la botella de cava de la nevera, y llenó una copa para cada uno. Alzó la copa en alto, dijo:
-Brindemos por la amistad, que, después del amor, es el mejor sentimiento que los seres humanos pueden tener-…
-Por la amistad -… dijimos a coro... y apuramos las copas…
Volvimos a llenar las copas, y dije:
-Por los amigos…
-¡Por los amigos!... y bebimos de nuevo, hasta consumir el resto de la botella.
Carlo y Nani, se despidieron, pues debían partir al día siguiente, temprano, pero antes, nos dejaron su número de teléfono, para seguir en contacto.
Marta, se acurrucó hecha un ovillo junto a mí, apoyando su cabeza en mi hombro, y cerrando los ojos, me susurró al oído…
-Gracias... amor... me has vuelto a hacer ...
... muy, muy feliz…
-Cariño, eso... es lo que me he propuesto…
Boca arriba, quedé pensativo… ¿Tendría Marta algún amigo de estudios llamado Hugo?... Algo me decía en el interior de mi cabeza, que sí… lo había…
Y, haciendo estas conjeturas, me quedé dormido…
La mañana siguiente despertamos, nos aseamos y bajamos a desayunar al restaurante. Marta estaba radiante. Parecía que los últimos acontecimientos hubieran dejado la huella en su rostro. El brillo de sus ojos, sus sonrosadas mejillas, sus labios tersos y carnosos, su boca, dibujando una expresión apenas perceptible, pero delatora... toda ella emanaba satisfacción, plenitud y felicidad. Me quedé mirándole a la cara, embelesado, mientras terminaba su croissant con mantequilla y mermelada de fresas, y su café con leche… Cuando ella se percató de que le estaba observando, me dijo:
-Cariño... ¿por qué me miras así?...
-Marta, tengo que decirte una cosa... y es, que... me ha gustado mucho lo que hicimos anoche, con Carlo y Nani... bueno... no sólo me ha gustado, me gustaría repetirlo más veces... si a ti, te parece bien... creo que tú, también lo deseas… ¿estoy en lo cierto?
-Sí, mi vida… francamente... no deseo volver nunca a la rutina de hace unas semanas... mira, tengo la impresión de que María, desde donde quiera que se halle, está guiando nuestros pasos, nos ilumina el camino, y nos conduce allí, donde ella quería llegar... y no pudo…
-Entonces... –Dije- ¿qué te parece, si volvemos a la tienda de juguetes, ...