1. Los amigos de mi mujer (2) Carlo


    Fecha: 26/02/2018, Categorías: Intercambios Autor: komo, Fuente: CuentoRelatos

    ... colocado, comprando en el súper, y usted a su lado, con el mando a distancia en su bolsillo… dándole a cada poco, inesperadamente…
    
    Ya lo creo que lo imaginaba... el mando en mi bolsillo… mis dedos nerviosos buscando los botones… ¡y a mi mujer, agarrada al expositor de jamones, con los ojos en blanco!
    
    Marta continuaba sosteniendo el huevo en su mano, hasta que, en la siguiente sacudida, rompió a reír, aún más nerviosa, y me devolvió el huevo, haciéndome un guiño, que yo, entendí perfectamente… le gustaba mucho el juguete, y quería que se lo comprara…
    
    -Nos lo llevamos… ¿Que más nos sugiere, señorita?...
    
    -Pues yo les recomendaría un estimulador anal, –dijo tomando uno de la estantería, y, poniéndolo en marcha, lo acercó al dorso de nuestra mano,- es una vibración muy suave, estudiada para estimular el perineo, de los hombres desde dentro del ano. Independientemente, de que también lo pueden usar las mujeres igualmente…
    
    Era un pequeño vibrador, hecho con un material transparente y suave al tacto, que dejaba ver el mecanismo en su interior, su grosor era el de un dedo, por unos 15 centímetros de largo, con una culata negra, de unos 5 centímetros que contenía la pila y el interruptor.
    
    También es muy recomendable para practicar la doble penetración, bien con otro vibrador, o con su pene… -dijo mirándome descaradamente el paquete, como si estuviera calibrando el gusto que éste le podría proporcionar, en una eventual e hipotética doble penetración.
    
    Mi ...
    ... imaginación, seguía en marcha… sacudí la cabeza, sonreí a la vendedora, que me correspondió con otra pícara sonrisa, y dije, de nuevo:
    
    -Nos lo llevamos, también…
    
    La vendedora, me guiñó un ojo, y una sonrisa de complicidad, se dibujó en su cara…
    
    Continuamos curioseando por la tienda, viendo la multitud de juguetes, lencería, cremas, pero, decidimos no comprar nada más, hasta haber probado lo que ya habíamos decidido comprar.
    
    Eran casi las doce del mediodía, cuando emprendimos el regreso al hotel sin prisa, pero, con el pensamiento puesto en los nuevos juguetes, que habíamos adquirido. Cogidos de la mano, viendo los escaparates, y casi sin darnos cuenta, nos encontramos en el ascensor, subiendo a nuestra habitación.
    
    Marta decidió imponer el nombre de "Manolín" al estimulador anal, y, "Chiquitín" al huevo vibrador. ¿Por qué esos nombres? Pues yo, no lo sabía... ni lo iba a preguntar…
    
    Nos aseamos, enseguida, y fuimos a la cama. Comencé el juego amoroso, besando dulcemente a Marta en su caliente boca, su sensual cuello, sus turgentes pechos, mientras mi dedo corazón exploraba de nuevo, los pliegues de los labios de su vagina. Pronto, mi dedo se adentró en su gruta, donde el manantial de su jugo, comenzaba a desbordarse. Con el mismo, mojé su "agujero negro", aquél, donde se vació la polla de Carlo, la noche anterior penetrando unos centímetros en su interior. Repetí varias veces la maniobra, de manera que, cuando estuvo bien lubricado, tomé a Manolín por el mango, y, tras ...
«12...6789»