1. El Cazador - Parte 2


    Fecha: 01/03/2018, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... sus suplicas, abrí con ambas manos sus nalgas y dejé su ano al aire, blanco y pequeño como lo recordaba. Sin perder tiempo empecé a lamer a ambos lados de sus nalgas, avanzando poco a poco hacia el centro, haciéndolo esperar, sufrir, antes de llegar a su ano. Cuando por fin mi lengua llegó hasta su agujero, Manu empezó a gemir con más fuerza, con más ganas. Que le coman el culo era lo que él más disfrutaba y yo lo sabía muy bien, por eso dediqué mucho tiempo y esfuerzo en hacerle sentir en las nubes, comiéndome su culo. Luego de un largo rato dejé su culo tranquilo y rebusqué en mis bolsillos en busca de un condón. ―Te la voy a meter ―anuncié. ―Sí… ¡Métemela! ―exclamó él, entre jadeos. Una vez el condón estuvo en su lugar, abrí sus nalgas y se la zampé de uno sólo, haciendo que Manu soltara un grito que me obligó a taparle yo mismo la boca con mis manos. Su cuerpo se estremecía con mi pene dentro de él, su respiración sonaba cada vez más agitada, sus quejidos cada vez más fuertes. Conocía muy bien cuáles eran los gustos de Manu y sabía que le gustaba el sexo fuerte, sentirse dominado, y yo siempre estaba dispuesto a darle al cliente lo que quería. Sin esperar mucho tiempo, empecé a meter y sacar rápidamente, fuerte y duro como le gustaba. Pronto mi pelvis chocaba contra sus nalgas de manera frenética, llenando de ese rico sonido todo el baño. Manu gemía y gemía mientras mi pene entraba y salía de su culo, sin darle tiempo a descansar. Mis movimientos eran cada vez más ...
    ... rápidos, parecía una metralleta agujereándole el poto. Luego de un tiempo tuve que reducir el ritmo, debido al cansancio, pero lo compensé dándole de nalgadas a aquel culito goloso que no parecía estar satisfecho aún. Por casi media hora me cogí a Manuel en todas las poses que nos permitía aquel pequeño lugar, siempre tratando de ser lo más cautelosos posible, hasta que por fin llegué al climax y me vine dentro de él, llenando el condón con mi leche. Entonces, apenas Manu soltó su último gemido, el sonido de la puerta exterior del baño abriéndose nos sobresaltó a ambos. Nuestra primera reacción fue subirnos sobre el retrete para que no vieran nuestros pies si decidían mirar por debajo. La mirada de pánico en el rostro de Manu era hilarante, casi tanto como la posición en la que nos encontrábamos, especialmente porque aún tenía mi pene metido dentro de su culo. Ambos nos quedamos en silencio, tratando de no movernos, por lo que tuve que dejar aun mi pene dentro de él. Luego de unos segundos empezamos a escuchar ruidos raros, como de besos y movimientos de boca que llamaron a nuestra curiosidad. Entonces alguien empezó a gemir fuerte fuera de donde estábamos y el muy familiar sonido de la pelvis chochando contra las nalgas empezó a escucharse por todo el lugar. Definitivamente alguien estaba teniendo sexo allí afuera… Aprovechando el ruido que hacían, Manu se sacó mi pene y empezó a vestirse, así que yo hice lo mismo. Una vez que estuvimos ya vestidos, con mucho cuidado, nos asomamos ...
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