1. Vacaciones en Merlo 2 - Segunda parte


    Fecha: 02/03/2018, Categorías: Confesiones Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... medias. – le propuso. No podía hacer otra cosa, al fin y al cabo, Nahuel no había propuesto nada turbio, todo estaba en su cabeza, seguramente la respetaría, y respetaría a su novio.
    
    -¿En remis? Tsk. Vayamos caminando, que es más divertido, vamos a tener buena vista mientras caminemos por el sendero.
    
    La actitud normal de él la alivió un poco.
    
    -¿Pero no es muy lejos caminando? – Preguntó.
    
    -¡¿Dónde está la Sofi aventurera que yo conozco?! – rio él, y le dio una suave palmada en el hombro que la hizo estremecer. – en un par de horas llegamos.
    
    -Bueno, dale vamos. – dijo ella, ya convencida. Debía dejar los pensamientos eróticos de lado. No era justo que desprecie a su amigo, además, ella era una chica madura, y debía saber controlar sus impulsos. Luego de este día se demostraría a sí misma que su fidelidad era inquebrantable.
    
    Enseguida se relajó y empezó a charlar con su amigo, como lo había hecho miles de veces. Él le contó de su trabajo de mozo en un bar de Recoleta, y de los lugares que conoció antes de llegar a Merlo. Ella le contó sobre su nuevo trabajo en la financiera, y hasta le contó un poco de su novio Maxi, aunque no lo pintó tan débil y desganado.
    
    Mientras caminaban, dejaban atrás las casas hermosas que sólo tenían un cerco bajito para delimitarlas, y se internaron en el sendero, rodeándose de verdor. Mientras subían iban dejando Merlo abajo. A Merlo y a Maxi.
    
    Sofía estaba muy casual con su pelo recogido, el short negro, y una remera ...
    ... amarilla. Pero Nahuel no perdía oportunidad de mirarle el culo o las tetas sin que ella lo note. En la mentalidad de Sofía, su amigo se estaba comportando como un caballero, y no hacía mención a todas las veces que se acostaron. Pero, sin embargo, Nahuel ya se imaginaba adentro de ella.
    
    En un momento Nahuel se adelanta, y como el sendero hacía una curva, lo perdió de vista.
    
    -¡Esperame boludo! -Le gritó. Trotando para alcanzarlo.
    
    Cuando ella dobló la curva, se encontró con una sorpresa. Nahuel estaba meando a un costado del camino.
    
    -¡Ay, que tarado! – le recriminó, al ver la enorme verga con la que solía penetrarla.
    
    -Perdoná, me adelanté porque necesitaba mear, no daba más. – se disculpó él, mientras sacudía su pene, notando que ella todavía tenía la vista clavada en él.
    
    Sofía miró a otro lado. Pero la imagen todavía no se le salía de la cabeza. Esa pija siempre le pareció la más hermosa que haya conocido. Grande, rosada, asimétrica. Y lo más impresionante no era su aspecto, sino lo que podía hacer con ella. Nahuel mantenía las erecciones durante casi dos horas. Y mientras él contenía la eyaculación, ella acababa varias veces. Según recuerda, en una ocasión se corrió cinco veces, y luego él le llenó las tetas de leche.
    
    Hizo de cuenta de que no había pasado nada, pero Nahuel ya estaba notando la excitación en ella. Las tetas, aparecían hinchadas debajo de la remera, y el pezón, puntiagudo, sobresalía notablemente.
    
    Cuando llegaron al mirador del Inca, se ...
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