1. Trágica historia de sexo


    Fecha: 04/03/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... todo.
    
    Me dio lástima. Pero estaba pegado a ella, y mi sexo estaba duro como el fierro, apoyado en su pelvis. Sólo era cuestión de hacer un movimiento para introducirme en ella. Y así lo hice. La maniobré como si se tratara de una palanca, y le enterré mi sexo hasta el fondo. Ella no solo gimió, sino que gritó.
    
    — Bien campeón. — se escucharon los gritos de los muchachos que me arengaban.
    
    — Despacito, la tenés grande. — me pidió ella.
    
    Si no fuese por lo bizarro de la situación, diría que fue un momento romántico. Nos abrazamos, acariciamos nuestras pieles, escuchamos nuestra respiración, disfrutamos del placer del otro. Sentía la reacción de su cuerpo cada vez que la penetraba en mi propia piel. En un momento de pasión, la besé, y aunque todavía sabía a semen, lo disfruté mucho. Me enterré en su cuello y en sus tetas. Recorrí con las yemas de mis dedos cada centímetro de su cuerpo, y enterré mis dedos en todos sus orificios.
    
    Ella acabó antes que yo. Pero yo no tardé mucho, y eyaculé adentro suyo. Fue hermoso. No sabía ni su nombre, pero en ese momento la amé.
    
    Todo lo amable y dulce que pude haber sido, Germán se encargó de revertirlo. Apenas empezaron, se escuchó el grito de dolor de la chica.
    
    — No, por ahí no. — se la escuchó decir.
    
    Pero él no le hizo el menor caso, y la penetró por el culo con violencia. Los gritos resignados de ella, me hacían estremecer. Hice ademán de ir hasta el cuarto, pero los otros dos me detuvieron.
    
    — Nadie la obliga a estar ...
    ... con él. — dijo Gonzalo.
    
    Así fue como terminó la noche. Germán dijo que había adivinado su nombre por la manera en que cogía, así que conmigo y Gonzalo, que seguramente también le hizo el favor de decirle el nombre, la chica había ganado “el juego”.
    
    Fue a bañarse, y cuando se vistió se fue casi corriendo.
    
    — Te llevo. — le ofrecí.
    
    — No. — rechazó ella. — estás borracho. Además, no quiero que mi marido me vea llegar con nadie.
    
    Antes de que pueda decirle algo, ya se había ido.
    
    Dejé a los muchachos y fui tras ella, pero la había perdido.
    
    ….
    
    Como se habrán dado cuenta, aquellos que son más inteligentes de lo que yo jamás seré, aquella chica no era otra que la mujer de Huguito. Yo sólo me enteré al otro día, cuando me llegó el mensaje de Gonzalo. No te diste cuenta de quién era la chica, ¿no? Me preguntó. Apenas leí esas palabras, y ya empecé a sospechar, pero aun así pregunté. ¿Quién era? Es entendible que no te hayas dado cuenta, me escribió Gonzalo. Porque vos solo la viste un rato, y te perdiste el primer plano de cuando le chupaba la pija a Germán en la grabación. Además, estaba bastante cambiada con el pelo teñido y planchado, y si encima no te acordabas de la cara… pero te cuento para que sepas, seguía escribiendo Gonzalo. La chica a la que nos cogimos todos, esa hembra hermosa ¡es la mujer de HUGUITO! Terminó el mensaje.
    
    El alma se me vino al piso. Al fin y al cabo, yo terminé siendo una mierda como Germán. No sólo no pude ayudar a mi viejo amigo, ...
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