1. En el desfile


    Fecha: 05/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: mariacristina, Fuente: SexoSinTabues

    ... enseguida, colocándome delante de él; me había percatado que finalizando los tablones allí, no tendría nadie adelante y a un costado ya estaban los palcos, casi igual de cómo fue en el Circo o aún mejor. apenas me ubiqué, sentí que el dorso de una mano comenzó a restregarse contra mis nalgas, suavemente al principio. Enseguida ayudé sacando un poquito las nalgas hacia atrás y para entonces, ya estaba decidida, esperando que se atreviera a algo más. era algo corpulento y bastante más alto que yo; no volteé la cabeza pero recuerdo que comencé a abrir las piernas y coloqué mi mano derecha hacia delante mío, oculta por el bolso de tela que tenía colgado frente al vientre, haciéndome yo misma una suave caricia sobre mi falda sin que se pudiera ver. sí, estaba ya excitada y lo único que quería era que no se suspendieran esas sensaciones que comenzaban a arder en mi cuerpo. Esas sensaciones juveniles. urgentes y osadas. son tan ricas de recordar! Al rato, sentí que el dorso de la mano fregaba más insistentemente y de cuando en cuando se ubicada en el centro mismo de mis nalgas. Como yo ni me movía, ni me alejaba ni le miraba, creo que habrá pensado que ya tenía asegurada a su “presa” porque colocó la palma en una de las nalgas, suavemente al comienzo, pero comenzó a agarrarla después con más decisión. era como que estaba calibrando mis glúteos, levantándolos desde abajo y dándome unos apretones no tan fuertes, como con temor de que me pudiera asustar de su agresividad. Para ...
    ... entonces estaba ya más obscuro, la noche se iba cerrando y comenzaron a encenderse las luces. donde estábamos seguía en mucha penumbra porque un farol de la calle a mi izquierda era tapado por un cartel o pasacalle de propaganda de algo. Se acercaba una de las bandas del desfile militar y haciendo un movimiento circular, se ubicaron en línea a lo largo de la otra vereda, la que quedaba frente nuestro. El estruendo de la banda y el ritmo de la marcha que estaban tocando me hizo mover un poco las nalgas al compás de la música. y eso le animó a mi “guardaespaldas” (jaja. nunca supe su nombre ¿que tal si le llamamos así?) quien se atrevió a agarrarme mejor tomándome bien de las nalgas, incluso parecía que metiendo algún dedo en el medio porque así lo sentía yo. Me agaché un poquito más, disimulando como que buscaba con la mirada hacia a un extremo de la calle, como queriendo ver la primera formación del desfile que se iba acercando y allí sentí con mucha nitidez que ante esa inclinación mía hacia adelante, la mano oprimió con más fuerza, casi empujando entre mis nalgas, como queriendo meterse entre mis piernas, aún sobre la delgada tela de la falda. Muy excitada ya en ese momento, recuerdo que abrí mejor las piernas y el hombre se habrá percatado porque se animó más y comencé a sentir que me levantaba suavemente la falda por detrás, iba rozando mis muslos hacia arriba y confirmé al sentir los dedos –me parecieron gordos y cálidos. – que con la palma hacia arriba me estaba comenzando a ...
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