1. En el desfile


    Fecha: 05/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: mariacristina, Fuente: SexoSinTabues

    ... masajear entre las nalgas, rozándome suavemente los dedos en la zona de atrás donde se unen con los muslos, como si estuviera rasgueando las cuerdas de una guitarra pero con la mano bien apoyada en mi carne. “ufff… dije… si esto sigue así. qué pasará? Estaba calentándome pero también algo asustada, por si alguien pudiera percatarse o por si el hombre se propasara aún más de lo que ya se estaba atreviendo y… me sentía como expectante y comencé a ponerme indecisa. Tal vez percatándose, comenzó a tener más suavidad, rozando apenas mi piel pero haciendo unos “circulitos” con los dedos y a pesar de mi confusión, esa forma de suave caricia logró ponerme más caliente aún de lo que ya estaba. Acerqué más todavía mis deditos bajo el bolso, por delante, dándome cuenta que si esa excitación continuaba me sería fácil llegar a gozar. a pesar de estar entre tanta gente, pero sin poder lograrlo, me sentía algo “cortada”, no tan osada como cuando estaba a solas. Me alegré que el color de mi falda fuera medio beige, porque si hubiera sido más clara capaz que se pudiera notar mi creciente humedad. Entonces me pasó algo increíble. sentí que me apoyaban hacia un hombro como haciéndome inclinar más hacia adelante y entre el barullo que hacía la banda de música, me pareció escuchar hacia mi nuca como un susurro pero que no comprendía bien y llevé un poquito la cabeza hacia atrás y entonces escuché el susurro: “Abríte mejor… princesita. abríte más. estás divina. ” A pesar de que apenas escuchaba, ...
    ... pero me percaté de la entonación lasciva (como un excitado temblor en el tono de la voz) y me sobresalté pensando: “Qué atrevido. no sólo me está amasijando en mi parte más íntima. sino que también se atreve a decirme que me abra más. ” Pero. mujer al fin, al mismo tiempo sentí el poder de estar dominando al varón, en este caso que por su edad podría ser mi padre o alguno de mis tíos. bueno, pensé, ese temblor excitado en la voz al susurrarme me hacía sentir poderosa. una chiquilina como yo calentando morbosamente a un hombre ya maduro, mucho mayor que yo. Ni recuerdo cómo fue el desfile. apenas se me representan figuras borrosas que iban marcialmente pasando, con uniformes que iban variando y nada más, de tan concentrada que estaba en lo que estaba pasando entre el macho de atrás y la jovencita que se “acomodaba” delante de él, sacando cada vez más las nalguitas y moviéndose rítmicamente con la música de la banda militar. Si alguna duda todavía tenía, toda la inseguridad se fue diluyendo. Hice lo que me había ordenado y comencé a abrir más los pies para que mis muslos quedaran bien abiertos y levanté las nalgas como invitándole a continuar hasta donde quisiera. El macho pareció olfatear a esa víctima que en ese momento ya no se defendía ni se esquivaba, como una silenciosa aceptación. hacia lo que él podía hacer sentir a esa tierna adolescente que comenzaba recién a salir del cascarón. (Continuará Cada vez había más gente alrededor, comprimiéndose en torno nuestro como si ...
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