1. Devolviendo la sonrisa a una Mami.


    Fecha: 08/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... realzan, pero no cubren el pezón y una braguita diminuta. Que no llevaba liguero, pero si medias con blonda de las que se pegan al muslo.
    
    Así que reclamé su boca, mientras recorría sus muslos. Empezamos con ganas, pero acabamos jadeando. Así que paramos para recolocar la ropa y que bajaran los colores. La tenía con las piernas juntas a mi lado y la recorría a placer. El mundo había desaparecido para mi y solo ella existía.
    
    La pedí que se quitara la braga. Me miró risueña y simplemente se excuso para ir al aseo. Pedí copas nuevas mientras recorría el local para ver que me ofrecía. Lo cierto es que había mucha gente aún. Chicos y chicas jóvenes de cacería, parejitas y los típicos cazadores y provocadoras. No estábamos al final de un lado del pub, pero teníamos gente cerca y en la barra, que nos veían perfectamente.
    
    Volvió e hizo ademán de volver a subirse y se paró en seco. Había caído, en que por la altura y ya sólo por el movimiento de subida, quizás enseñara algo más de la cuenta. La duda solo le duró un segundo, en que subió u se quedó con las piernas muy juntas, mientras me miraba retadora.
    
    Si ella se había atrevido no iba a ser menos, así que me pegué a ella, puse mi mano en su rodilla y mientras recorría la parte interior de su muslo hasta su coño. Llegué a sus labios a la vez, con los míos y con mi mano. Dio un respingo, me abrazó y se lanzó a por mi boca mientras cerraba, no demasiado, sus muslos para sentirme pero que no se viera nada. Ya estaba mojada. Y ...
    ... ahora si enseñó la blonda de sus medias.
    
    Yo disfrutaba de su boca y de su coño.
    
    Empecé a pellizcar su clítoris y a recorrer sus labios con mis dedos. Su lengua me decía que le gustaba. Hasta juraría que ronroneaba con mis caricias.
    
    No sabría decir cuanto estuvimos así. Decidí hacer un alto y que tomáramos algo de bebida, lo que no le hizo mucha gracia. Y más cuando vio que discreta mente éramos el centro de atención de los de la barra. Las chicas le miraban mal y los chicos con cara de salidos. Se intentó esconder detrás del vaso, mientras bebía algo.
    
    La miré y me reí. Me acerqué al oído, mientras seguía tratando de esconderse inútilmente tras el vaso y le dije:
    
    – No seas idiota. Alguna va a disfrutar esta noche con el calentón que le has dado a su amigo. Así que no seas mala y abre las piernas.
    
    Me sonrió y las abrió. No mucho, pero sabía que desde un par de metros se vería bien su coño. Y ni que decir los que un poco más allá estaban en butacas y a los que le quedaría a la altura de los ojos. Pero lo suficiente para que un par de chicas tirarán del novio y se fueran a otra parte del pub.
    
    -- ¡Así no! Rápidamente le abrí las piernas con mis manos y me situé entre ellas. Oí como alguien se atragantaba a mi espalda.
    
    Sus ojos y el color de sus mejillas me dijeron que no se lo esperaba.
    
    La parte de la minifalda del vestido ahora quedaba levantada mostrando sus medias y quizás incluso en el trozo entre nuestros cuerpos, claramente su coño.
    
    - Sé que te ...