Orgullosa de mi hija
Fecha: 11/03/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Un saludo cordial a todos, si bien sé que es un cliché, no puedo evitar advertir que ésta es una historia real, pero si piensan que no es mas que producto de mi imaginación, no importa, esta bien que lo piensen así, pues no creo que pase todos los días.
Mi nombre es Virginia, soy profesora de Literatura en un colegio de Maracay, soy divorciada y vivo con mi hija de 18 años en Cagua, en la casa que me quedó luego de separarme del padre de Vanessa , mi chama. Yo todavía estoy soltera a mis 39 años y por el momento no tengo pretendientes, así que sólo vivimos las dos solas.
Éste fin de semana tenía proyectado asistir a un seminario propio de mi profesión, a la que fui invitada a la capital, como ya Vanessa está grande no consideré inapropiado dejarle sola en casa durante sólo este fin de semana, mientras dure el seminario, para volver supuestamente el lunes; "tranquila mami, yo me porto bien", fue lo que me dijo cuando me despedí de ella, en la parada.
Al llegar a Caracas, sin nadie que me advirtiera con antelación, fui informada que el bendito seminario había sido suspendido por los múltiples conflictos políticos que se suscitaban en la ciudad, realmente convulsionada; Ante tales inconvenientes consideré prudente regresarme a mi casa pues ya no había mas nada por hacer.
Al llegar a Cagua, al filo de la medianoche, opto por tratar de no despertar a mi hija, que tiene sueño muy ligero y nervioso (le resulta difícil a veces conciliarlo), pues obviamente la suponía ...
... dormida ya, así que en vez de entrar por la puerta de adelante, metálica y cercana a su cuarto, doy la vuelta y me meto por el patio, una zona aislada de la casa, grande y con muchas matas y árboles, bastante tenebrosa por cierto, el corral dá directamente a la sala cerca de mi cuarto, por lo que sería fácil escabullirme sin molestarla.
Al acercarme a la puerta de la sala, que tiene un Ventanal panorámico de vidrio corredizo, pues, simplemente, no estaba preparada para lo que veían mis ojos desorbitados: ¡Vanessa desnuda haciendole felación a un desconocido en mi Sala!
¡No lo podía creer! ¡Allí estaba mi niña, con una polla en su boca! Petrificada como estaba yo en ese momento, no me atrevía ni a respirar; Aquello era realmente impresionante, la luz de la sala estaba encendida, el televisor también (me percaté de quejidos en él así que supuse inmediatamente que estaban viendo una película porno), mi hija desnuda de rodillas entre las piernas de un desconocido, desnudo también, en el sofá.
Yo estaba en la misma entrada del ventanal, sólo un ruidito y sería descubierta, ¿qué hacer?
En segundos que me parecieron eternidades, salgo del Shock y poco a poco voy retrocediendo, el corral, completamente oscuro, apenas con algunos destellos de la luna que los frondosos árboles dejaban pasar, me brindaba un refugio seguro. Pero no podía salir a la calle a esas horas, tampoco soy mujer de escándalos, toda mi vida ha sido dentro de lo que cabe, apacible, y ahora esto ¿qué hago? ...