1. Orgullosa de mi hija


    Fecha: 11/03/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ¿cómo debo reaccionar?
    
    En eso estaba, con mis pensamientos corriendo a millón, tratando de sacar conclusiones, afinar alguna estrategia racional, cuando los dos amantes -¡que bárbaro como suena eso!- interrumpen mis reflexiones:
    
    "¡Dale duro pequeña! ¡fájate como las buenas! ¡como te dije! ¡eso, eso! ¡coño que rico!"
    
    Estaba hablando de mi hija, se refería a mi hija, detrás de un árbol cerca del Ventanal me refugio, a menos de tres metros de donde ellos estaban, y veo todo el "Show" que me montan; Mi niña, efectivamente, "fajada como las buenas", mamando la verga del hombre, gruesa y larga, aún desde donde estaba se podía ver que el tipo estaba muy bien dotado.
    
    Vanessa se aplicaba, lamiendo y succionando la cabeza para luego en despliegue de habilidad, tragar golosamente y con energía aquel tolete de carne casi hasta la mitad, alternando mamada con un movimiento enérgico de la mano en el cuerpo de aquel güevo erecto.
    
    "¡ Coño, ya viene, ya viene, ya vieneeeeeeee!"- le oigo decir al macho, al tiempo que descargas de semen abundante saltan a la carita blanca de mi chama, quien logra tragar algunas gotas de la savia del desconocido,"¡un momento!"-pienso yo- "¡ése no es ningún desconocido!".
    
    En efecto, logré reconocer al semental: Era el profesor Juan Carlos, Director del ex liceo mi hija en el cual se graduó, y a la sazón, mi colega; Hombre mayor ya, de unos 45 años, calvo y medio barrigón, pero ciertamente muy bien dotado sexualmente. Le tenía en muy alta estima ...
    ... por su profesionalismo, elegancia , cultura y don de gentes, ¿y ahora? ¿cómo lo tendré?
    
    Se quedaron un rato en el sofá, acariciándose, ví como el profesor le perfilaba los pezones de ésos pequeños montículos que tenía vanessa por senos y que apenas empezaban a crecer, besos profundos y largos alternaban con exploraciones de dedos en la vulva de mi niña, uno, dos y luego tres se metían con saña en la conchita que yo todavía suponía virgen aún.
    
    Desde donde estaba podía ver, casi que sentir, los sudores, los jugos, y por supuesto, los quejidos que antecedían a un orgasmo, ¡el orgasmo de mi hija! ¡que cosa mas extraña!
    
    Mas no se piense aquí que ante tales cosas yo abrigaba sensaciones morbosas o lujuriosas, nada de eso, todavía me sorprendo de cómo reaccioné ante semejante hecho. Simplemente, me quedé allí, viendo follar a mi hija con un señor a quien por cierto la última vez que hablé con él fue dentro de un marco de diálogos serios sobre abordar la sexualidad abiertamente entre los adolescentes, darles buena educación sexual a nuestros hijos pues.
    
    ¿Acaso será esto la "práctica"? Ciertamente yo había hablado con Vanessa sobre esto desde que se desarrolló, nunca tuve tabúes con ella en cuanto al tema, y pensé, que tanto ella como yo estábamos preparadas para todo. Quizás no era así...o a lo mejor si.
    
    Luego vino la culminación: ya estaba lista, según ví, para recibir un pene de hombre en su cuca adolescente; próxima a cumplir los 19, mi hija era pequeña, como 1,60 ...